El presidio evidencia “la paradoja de la memoria del horror”
EL 19 DE OCTUBRE DE 2008

El presidio evidencia “la paradoja de la memoria del horror”

19/10/2022
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n la edición de este día, el suplemento Radar (Página 12) publica como nota central el artículo de Guillermo Saccomanno sobre la contradicción que evidencia la conversión en museo de un espacio de horror como el presidio de Ushuaia.
En ese sentido, el escritor hace un repaso de las denuncias y testimonios que dieron cuenta de la utilización una mano de obra barata, de las atrocidades de todo tipo, de los muertos y desaparecidos nunca esclarecidos, donde las condiciones en que se cumplían las condenas no eran “mejores que las del sepulcro de los vivos, la prisión siberiana donde fuera deportado Dostoievski por conspirar contra el zarismo”.
En particular destacó las publicaciones de 1942 del diario ‘Crítica’ y de ‘La Unión’, de Río Gallegos, sobre la barbarie reinante en la institución. En “Ushuaia se han producido nuevas y graves incidencias en el presidio. Algunos presos se sublevaron. Y numerosos resultaron heridos”. Lo que los diarios “no cuentan es la cantidad de ataúdes que salen del presidio”.
El autor se propone “indagar cómo una espeluznante institución concentracionaria que cumplía con el mecanismo del panóptico diseccionado por Foucault había ‘devenido’ broma de mal gusto, cuando no frivolidad perversa”.
El debido balance de la historia del Presidio, más allá de todos los aportes realizados por historiadores y divulgadores, tiene aún muchos puntos oscuros pendientes de dilucidación, dado que “no existe un registro preciso de las atrocidades, torturas y desapariciones que tuvieron lugar” durante su medio siglo de vida. Por esa razón, merece ser analizado que se haya “convertido en un lugar de visitas guiadas, estatuas de resina y tienda de souvenirs”, cuando “el presidio plantea cuestiones sobre temas contemporáneos como la “museificación de la memoria”, la marketinización de lugares donde habitó el sufrimiento y la documentación de la historia argentina”.
Destaca el “marketing del horror, la venta de uniformes y souvenirs que los turistas compraban alegremente (por ejemplo, un certificado de libertad para llenar con sus nombres)”. En ese sentido, el “merchandising del presidio, pude comprobarlo, contribuía y contribuye a anestesiar la memoria del dolor”. Los efectos de “la banalidad del mal y su comercialización”.
La reflexión de Saccomanno resulta interesante para evaluar si resulta deseable que la ciudad haya sido identificada con ese pasado oprobioso.

Autor : Bernardo Veksler
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