Una familia selknam está feliz por su visita a Buenos Aires
EL 8 DE NOVIEMBRE DE 1898

Una familia selknam está feliz por su visita a Buenos Aires

08/11/2022
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n la edición de este día, el diario La Nación publica su reseña cotidiana de la Exposición Nacional de Industria, Comercio y Ganadería, que se montó en la Plaza San Martín, en el barrio porteño de Retiro. Como nota de color, las familias selknam, que habían erigido en el lugar sus chozas, “hablan muy bien de su viaje y manifiestan su admiración por el vapor que los trajo”. Se referían al transporte Río Santa Cruz, “comprado en 1894”, para abastecer a Ushuaia “normalmente con cargamento de carbón” (Norma Sosa. Revista Todo es Historia N° 498. Enero de 2009).
En otras ediciones se reflejó el agrado de los nativos por estar en la exposición: “Las caras son expresivas e inteligentes, con particularidad los varones y parecen estar muy satisfechos, declarando que Buenos Aires les gusta más que la Tierra del Fuego, porque aquí hay muchas casas y caballos y la gente anda vestida”.
La delegación selknam fue parte del “sector antropológico” de la muestra, que hacía que la exhibición de los sectores productivos argentinos estuviera a tono con las exposiciones que se efectuaban en Europa, que luego serían calificadas de “Zoológicos Humanos”.
Este ‘sector’ implicaba “la muestra de personas de lo que se consideraban culturas inferiores (…) la organización estuvo a cargo de ‘la Sección Feminista de la Exposición’ liderada por Teodelina Alvear de Lezica, quien juzgó que la incorporación de los indígenas con sus armas, utensillos, chozas y perros, sería una estampa divertida”.
El gobernador Pedro Godoy seleccionó al grupo que participó de la muestra, contando con el asesoramiento de Lucas Bridges. Los elegidos fueron el “joven Kiyotiminc y su mujer Halchic” y su madre Kohpén. Kiyotiminc -según el relato de Bridges- era considerado “serio y reservado” y “dio muestras de orgullo al ser seleccionado con su compañera para el viaje, y se dispuso a embarcar con su tienda de piel de guanaco, sus arcos, flechas, perros y enseres”. También fueron parte de la delegación el joven Manuel –que era el único que entendía castellano- y su esposa, un niño de 8 años y otro de seis meses, cuyo “tamaño es igual al de un niños robusto de 3 años” (op.cit.).
El público asistente expresó simpatía por los fueguinos, “se enfrentó no sólo a una bella gente de tez bronceada; sino que, aquellos rostros, lejos de ser repugnantes, eran simpáticos, atractivos y dueños de una expresión inteligente” (op.cit.).

Autor : Bernardo Veksler
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