ste día, a mitad de camino entre Río Grande y la misión salesiana, en tierras pertenecientes a la Armada, se inaugura el campamento de YPF, lugar de residencia de los operarios petroleros.
En 1949, el pozo TF1, confirma la presencia de hidrocarburos en Tierra del Fuego. Esto posibilitó que “para el invierno de 1958, algunos hogares de Río Grande” comenzaran a “calefaccionarse con gas natural”. Luego se descubrieron otros yacimientos como “Cabo Nombre y Río Cullen, entre otros (...) Al llegar la firma texana (Tennessee), el trabajo de YPF había dado ya importantes descubrimientos en la década del 50: Los Patos, Arroyo Gama, Río Avilés, San Goyo y Sara” (Cien años de Río Grande).
En 1960 “se inicia la producción comercial de petróleo con un primer embarque de crudo fueguino. Paralelamente se da un gran aumento poblacional en Río Grande con la radicación de petroleros que levantaron sus casas en el pueblo. Mientras, el campamento situado cerca de la Misión tomaba la apariencia de un barrio VIP: gamelas y comedores, servicios médicos y pista de aterrizaje, gimnasio y pileta de natación”.
“Ingresé en 1959. El campamento de YPF era en esa época: clínica, pileta de natación, pabellón de solteros, club, teatro, espacio para bailes, cancha de basquetbol… (…) Trescientas personas vivían acá. Teníamos un muy buen nivel de vida (…) Tuvo mucha importancia para Río Grande, provocamos un boom por la cantidad de dinero que ganábamos (…) la mayoría eran chilenos, otros de distintas provincias” (Juan José Degratti entrevistado en el documental Isla de Fuegos).
También, el recordado sindicalista petrolero reflejó un momento épico, con la huelga de 14 días de 1973: “En el hotel Los Yaganes se firmó el acuerdo. Nos acompañó la población y las chicas de las casas de tolerancia, que en el quincho petrolero cocinaban. En el pueblo, en todos lados se hablaba del conflicto. Íbamos con el casco escrito con la consigna ‘7500$ de aumento’ y el arreglo lo recibió con alegría todo el pueblo, que dependía del petróleo. Por la huelga, estaba paralizada la actividad comercial, el servicio de transporte y hasta las casas de tolerancia”.
Hasta la década del 90, la infraestructura del ex campamento YPF daba cobertura a la actividad deportiva y recreativa de muchos vecinos. Luego, inexplicablemente, quedó en el abandono, y se archivó esa historia.
