ste día, el diario El País de Madrid destaca la labor de mujeres ambientalistas en el extremo sur chileno de Tierra del Fuego. Curiosamente el autor, Nuño Domínguez, sitúa el origen del artículo en “Río Grande (Chile)”.
Bárbara Saavedra, “ecóloga de 50 años es una de las responsables de Karukinka (...) Wildlife Conservation Society (WCS), es la propietaria de las casi 300.000 hectáreas de este parque natural”.
Domínguez, invitado por la WCS, recordó que “En los 90, Trillium, una compañía maderera de EE UU, compró estas tierras para talar parte de sus bosques de lengas (...) La empresa quebró y la enorme finca quedó en manos de Goldman Sachs. En 2004, (…) le cedieron todas las tierras a WCS (....) el banco ganaba una cuantiosa rebaja fiscal en EE. UU., según reconoció uno de sus ejecutivos”.
Saavedra destacó que la reserva está amenazada por especies exóticas, como el castor. Estimó su número en unos 200.000 individuos. Para combatirlo van a implementar un proyecto acordado entre Argentina y Chile “dotado con dos millones de dólares”.
Melissa Carmody es la coordinadora del parque, afirmó que “Chile es uno de los países que menos fondos invierten en conservación”.
El parque está abierto al público y tiene decenas de kilómetros de rutas de senderismo y bicicleta. Apenas recibe unos pocos cientos de visitantes al año.
“La gran mayoría de nuestros fondos son adquiridos por postulación a ayudas del extranjero o pequeñas donaciones”, explica Daniela Droguett, otra responsable de WCS.
Existen varias especies en peligro: Pingüinos rey, elefantes marinos y la única colonia de albatros de ceja negra que habita tierra adentro y que está amenazada por el visón.
Cecilia Durán, jefa del Parque Pingüino Rey, destacó que “hace seis años la gente se colaba para hacerse el bendito selfie con los animales (…) Ahora hay siempre una persona de guardia”, asegura, y se ha conseguido que la población de unos 150 ejemplares de esta especie (…) se haya asentado en la zona tras haber desaparecido en los 90”.
“Hay gente a la que le molesta que las tierras no sean de Chile, sino de EE UU, que piensan que tenemos mucho dinero o que hay segundas intenciones”, reconoce Saavedra.
Sobre la presencia femenina. “No he forzado que haya mujeres en el equipo, pero me importa, cuando eres consciente de la discriminación en todos los ámbitos tienes que pelear contra ello”, asegura.
