ste día, Robert Fitz Roy regresa a Wulaia, luego de llevar a cabo una exploración por el canal, para reencontrarse con Orundellico (Jemmy Button) Ellaparu (York Minster) y Yokcushllu (Fuegia Basket), y el catequista Matthews. Se “tranquilizó al ver el aspecto pacífico del lugar y a Jemmy, York y Fuegia vestidos ‘como de costumbre’. Fuegia estaba limpia y prolijamente arreglada y York estaba haciendo una canoa con tablones que la gente del ‘Beagle’ había dejado en el lugar. El jardín estaba intacto y ya asomaban algunas legumbres, por lo que Fitz Roy ‘viendo que todos estaban muy contentos y felices (…) consideró que estaban dadas las condiciones para dejar el lugar ‘bastante esperanzado en que (sus pupilos) tendrían alguna influencia benéfica entre sus compatriotas (…) y que en una visita futura los encontraría tan favorablemente dispuestos hacia nosotros…” (Lucas Potenze. Científicos y religiosos en Tierra del Fuego).
Pero el clima vincular estaba lejos de ser apacible. “El catequista, presa de pánico, le confió a Fitz Roy que ni bien las naves se habían alejado, los fueguinos lo habían amenazado y si bien no habían ejercido violencia física le habían robado todo lo que pudieron y le habían demostrado que no era para nada bienvenido no dejándolo en paz con sus gritos y amenazas. Estaba desolado y todo su entusiasmo apostólico se había apagado ante los peligros arrostrados, por lo que le confesó que no quería continuar”.
No obstante, a Fitz Roy le costaba aceptar el fracaso del proyecto, después de “todo el esfuerzo, el prestigio y el dinero que había puesto en esa misión”.
“El 5 de marzo regresaron a Wulaia, donde no encontraron a nadie y para peor, los indígenas de Ponsoby Sound dieron a entender por gestos que había habido una refriega. Poco después, vieron acercarse una canoa que tenía una banderita y en su interior venía Jemmy ‘convertido de nuevo en un salvaje escuálido y astroso, con la luenga cabellera en desorden y desnudo, salvo un retazo de manta rodeando a la cintura’. Cuando subió al barco, se aseó y se vistió como solía y comió a la mesa del capitán”.
Allí, Fitz Roy se enteró que “York y Fuegia, habían huido hacia la tierra del marido en una canoa, llevando todo lo que pudieron acaparar en ella”.
“A la mañana siguiente, se despidieron de Jemmy y el barco levó anclas para alejarse definitivamente de Tierra del Fuego” (op.cit.).
