n estos días, el etnólogo Martín Gusinde dirige un informe al gobernador magallánico, Vicente Fernández Rocuant, que inicia de esta manera: “Es para mí un deber muy grato presentar a esta Gobernación el informe sobre los medios de proteger y radicar a los indios de Tierra del Fuego…” (Citado por Lucas Potenze en Científicos y religiosos en Tierra del Fuego).
Sobre la comunidad yámana, explica que desde “hace pocos años, un lote de Terreno al Norte de la Isla Navarino, entregado en concesión por el Sup. Gobierno a un tal Gajy, quedó desocupado (…) Por tal razón, los últimos sobrevivientes de la raza yagan se radicaron en este mismo terreno, precisamente en los alrededores del Puerto de Mejillones; aquí levantaron algunas viviendas sencillísimas, hicieron pequeñas siembras y cuidaron sus pocos animales. Los señores Lawrence Hnos., avecindados en el nombrado lote de terreno, llevados por un alto espíritu filantrópico, seguían ejerciendo sobre aquellos indios cierta protección, ayudándoles en todos los apuros de su situación triste y lastimera. (…) Pero en vista de las intenciones del Supremo Gobierno de poner en remate toda la Isla Navarino, los indios se verán forzados de retirarse de aquel lugar seguro y estarán otra vez en la situación mísera de no tener donde levantar con seguridad sus humildes chozas. Por tal razón el infrascripto considera una obligación justiciera y urgentísima reservar este lote de terreno (…) para el usufructo exclusivo de los indios yaganes…”
Gusinde ya advertía el proceso de inexorable retroceso que vivían los canoeros y en el último párrafo así lo plantea: “Hallándose estos indios completamente desamparados, esperan por justicia, que se les conceda un lugar seguro, donde los últimos representantes del pueblo yagán puedan pasar con tranquilidad los pocos años que les quedan de existencia”.
En cuando a los selknam, el alemán sostiene que el gobierno chileno se encuentra “libre de la obligación de intervenir en la protección de esta tribu en cuanto que todos los sobrevivientes indios frecuentan, hoy en día, casi exclusivamente el territorio argentino, pues como es sabido, el Gobierno argentino reservó un lote de terreno suficientemente extenso, a orillas del lago Fagnano, para estos indios, donde ellos están seguros de atropello por parte de civilizados”. Estimó que entonces había unos 270 selknam (op.cit.).
