ste día, en Ushuaia, una bala policial asesina al obrero de la construcción Víctor Choque (32), quien se convierte en el primer muerto en democracia por represión de una protesta social. Durante una jornada de movilizaciones en repudio al violento desalojo de los obreros de la fábrica Continental, una empresa metalúrgica que dejó a un centenar de trabajadores con deudas salariales.
Tres meses antes se había promulgado la Ley 207 que permitía al Ejecutivo Provincial resolver el conflicto, pero el gobierno se resistía a aplicarla.
Con esa tensión social, “el juez Tenaillón resolvió la quiebra de la empresa, augurando para los obreros un difícil cobro de los haberes y la liquidación de su fuente de trabajo” (Bernardo Veksler. Rebeliones en el Fin del Mundo).
La decisión judicial pretendió justificar el desalojo fabril, que se ejecutó con una saña inusual, a pesar que los ocupantes habían anunciado que no resistirían.
La barbarie desatada provocó un reguero de indignación, que se canalizó hacia masivas movilizaciones callejeras. Que generaron expresiones de violencia policial inéditas en la isla.
“Ese día, los propios canales oficiales llegaron a mostrar esas escalofriantes escenas, un pelotón oficial descargaba toda su furia sobre un obrero totalmente indefenso, tirado en el piso, que lo único que atinaba era a proteger la cabeza con sus brazos; varias mujeres golpeadas a bastonazos en medio de la confusión, algunas de ellas lucían sus rostros sangrantes y otro obrero llevado en camilla con una herida profunda en el bajo vientre”.
En ese contexto, algunos efectivos policiales comenzaron a utilizar balas de plomo y una de ellas terminó con la vida de Choque, quien todo indicaba que era un observador de la dantesca anormalidad que presentaba Ushuaia.
El día siguiente, “unas tres mil personas despidieron el cuerpo de Víctor Choque. Los manifestantes al pasar por el frente de la Casa de Gobierno, detuvieron su marcha lúgubre y comenzaron a aplaudir, fue la respuesta más contundente que se dejó oír, sobre el pobre y autojustificatorio discurso del gobernador” Estabillo.
El velatorio se llevó a cabo en Polideportivo Lasserre, “por donde habían pasado unas diez mil personas a expresar su pesar, uno de cada cuatro habitantes de Ushuaia” (op.cit.).
Las expresiones de rechazo a la represión se manifestaron también en las calles de Río Grande y de la ciudad de Buenos Aires.
