Por la desaparición de un alemán se acusa a los kawésqar
EL 22 DE MAYO DE 1906

Por la desaparición de un alemán se acusa a los kawésqar

22/05/2023
E

ste día, la desaparición del colono alemán Antonio Teigelacke es difundida por el diario ‘El Magallanes’, con un título que formula una acusación: “¿Crimen de los indios alacalufes?”

El “principal periódico de la Patagonia austral informó que una expedición minera se había internado por los canales y que al desembarcar en el asentamiento del alemán (…), en Sierra Ballena, ‘encontraron la casa toda deshecha’, rastros de sangre, un caballo ‘muerto por heridas de lanza’ y huellas que, decían, corresponderían a ‘indios’. Pese al aislamiento del lugar, la policía estaba ‘haciendo toda clase de pesquisas’” (Alberto Harambour y José Barrena Ruiz. Barbarie o justicia en la Patagonia occidental: las violencias coloniales en el ocaso del pueblo kawésqar…).

Se inició un proceso judicial que tomó testimonios, casi todos de personas no nativas, que originaron divergencias. Los tres kawésqar que fueron llevados a declarar, no aportaron a la causa por las dificultades idiomáticas. Además, se fugaron.

Luego de varios meses de escasas novedades en el caso, el procurador fiscal “solicitó el sobreseimiento definitivo, considerando que ‘el sumario no ha podido establecer las circunstancias que mediaron en la muerte’, que no existían pruebas ‘de que indios salvajes lo asesinaran’, y que cabía la posibilidad de que hubiera fallecido por causas naturales o ‘asesinado por algún blanco y que los indios se cebaran después sobre su cadáver’. ‘No obstante’, terminaba su escrito el Promotor, negando la lógica judicial antes expuesta, “todos los indicios” hacían ‘presumir que fueron los indios que se fugaron de la cárcel’ los asesinos de Teigelacke. Esos indicios no fueron sintetizados, y sólo los testimonios, todos ellos de alemanes, hacen referencia a dos elementos que podrían indicar la participación de canoeros: el caballo y las ropas (...) Las herramientas metálicas, los aperos de cuero y el combustible, todos objetos valiosos para los canoeros (más que un perro o un bote ajeno, al menos), no fueron robados, y ni siquiera faenaron los animales. Pese a las declaraciones que inculpaban genéricamente a los indígenas, y a la detención de tres “indios chilenos”, el juez aprobó el sobreseimiento. La Corte de Apelaciones de Valparaíso ratificó la decisión, considerando que los detenidos no habían declarado en forma y que no se pudo comprobar que sus vestimentas pertenecieran al difunto” (op.cit.).

 

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