ste día, aviones argentinos atacan al portaviones británico ‘Invincible’ y lo averían seriamente, marginándolo de las acciones bélicas.
El dispositivo militar involucró a dos Super Étendard, cinco A-4C Skyhawk y dos KC-130H Hércules.
La operación “se lanzó desde la Base Aérea Militar Río Grande (…) a las 12,43 horas, aunque la estrategia final comenzó unos días antes, para limitar el poder de fuego de los aviones Sea Harrier. El portaaviones (…) se encontraba en esos momentos a unas doscientas millas náuticas al este de Puerto Argentino”. Su ubicación fue detectada por la Fuerza Aérea Argentina, por medio de una red electrónica que facilitó información satelital sobre “la posición del portaaviones -casi estática- desde el 28 de mayo” (diario El Tribuno. Salta, 25/5/2013).
Al día siguiente citan a los jefes de las distintas escuadrillas para informarles de la misión.
Del operativo participaron “dos aviones Super Etendar de la Aviación Naval con el capitán de corbeta Alejandro Francisco y teniente de navío Luis Collavino y cuatro cazabombardero A-4C de la Fuerza Aérea Argentina, tripulados por los primeros tenientes Omar Jesús Castillo, José Daniel Vázquez y Ernesto Rubén Ureta, y el alférez Gerardo Guillermo Isaac, que se reabastecieron tres veces en pleno vuelo en su marcha hacia el sudeste de las Islas Malvinas. (…) Luego del lanzamiento del último Exocet naval argentino, disparado por uno de los Super Etendard, los pilotos siguen la estela del misil. El otro avión Super Etendard ejercía las funciones de radar. Estos aviones una vez cumplida su parte del objetivo regresan al continente”. Dos 4-AC (comandados por Castillo y Vázquez) fueron derribados en el ataque. El portaaviones soportó el impacto del Exocet y varias bombas de 250 kilogramos, “lanzadas por los dos aviadores sobrevivientes de la Fuerza Aérea Argentina” (Ureta e Isaac).
Un medio especializado español consideró que este día “quedará como un hito en la historia de la aviación mundial, pues en esa fecha se llevó a cabo una de las misiones aéreas más arriesgadas y audaces de todos los tiempos, una misión considerada la más significativa en su tipo desde el final de la Segunda Guerra Mundial (…) el barco estuvo literalmente desaparecido durante algunas semanas en las que podrían haberse reparado los posibles daños” (http://www.el-sextante-del-comandante.es/).
