lrededor de esta fecha, mientras el rey William IV y la reina Adelaide recibían, en el palacio de St. James, a tres canoeros secuestrados y llevados a Londres por Robert Fitz Roy; el cuarto integrante de ese violento traslado, Boat Memory (apodo adjudicado por los británicos), era embalsamado y conservado como objeto de estudio.
Un año antes, Fitz Roy navegaba por el canal que llevaría luego el nombre de su embarcación. Allí, secuestró a cuatro canoeros: Fuegia Basket (cuyo nombre nativo era Yokcushlu, de 9 años), York Minster (Ellaparu, 26 años), Boat Memory (20 años, cuyo nombre no quedó registrado) y a Jemmy Button (Orundellico, 14 años). Éste era el único yámana, los otros eran de la etnia kawésqar.
“Los fueguinos primero fueron alojados en el puerto de Plymouth y luego llevados a una granja cercana. Pero Boat Memory, según FitzRoy, "el fueguino mejor formado que he visto, un espécimen muy favorable de su raza", contrajo viruela, por lo que lo trasladaron de emergencia al moderno Hospital Naval de Plymouth, donde murió (…) Los otros 3 resistieron las enfermedades y fueron llevados a Walthamstow, un barrio en las afueras de Londres, donde se les educó” (Cristóbal Marín. El Mercurio, 26 /10/2003).
Una conversación fortuita del autor de la nota con la viuda del cirujano Alfred Meyer, le permitió detectar una pista sobre el destino de los restos de Boat Memory.
“En 1950 a Alfred Meyer le tocó trabajar en la reconstitución del museo del Royal College of Surgeons (…) Reclasificó los ejemplares de la sala de los órganos y cuerpos con deformaciones genéticas y patologías inusuales. Entre los órganos monstruosos, Alfred encontró el cuerpo de un indígena muy bien constituido, que según sus cálculos había sido embalsamado durante la década de 1830. Investigando acerca de los múltiples indígenas traídos a Londres por esas fechas, se encontró con el caso de los fueguinos de FitzRoy y la muerte de Boat Memory”.
“Meyer se obsesionó con la posibilidad que fuera ese fueguino y que su cuerpo hubiese sido apropiado ilegalmente y usado para la investigación científica. De hecho, antes de la Anatomy Act de 1832, la única manera en la cual se podía obtener cuerpos era robándolos o sobornando a verdugos o funcionarios de hospitales. Pero no encontró evidencias y murió sin confirmar su inquietante hipótesis” (op.cit.).
Todos los rastros se diluyen a partir de esa fecha.
