ste día, se difunde un informe de la Agencia para los Océanos y la Atmósfera (NOAA) de EE. UU. sobre el riesgoso límite que se ha atravesado: el umbral de las 400 partes por millón (ppm) de dióxido de carbono en la atmósfera de la Antártida. Que era el único continente donde aún no había ocurrido. “Esa es la línea que no había que cruzar, según la recomendación del consenso científico, para mantener al cambio climático relativamente a raya” (Diario el Cordillerano).
La superación de ese límite implicaría el ingreso en el período más caluroso de la historia desde que se cuenta con mediciones.
“El hallazgo sostiene que para encontrar tanto dióxido de carbono en la atmósfera que está sobre la Antártida, hay que remontarse cuatro millones de años atrás. La conclusión lleva la firma de científicos británicos y estadounidenses, que recogieron y analizaron datos del Polo Sur. Para arribar a tamaña conclusión, se valieron de la extracción de cilindros de hielo que contienen burbujas de aire, allí atrapadas desde tiempos remotísimos”.
Por otra parte, “el análisis de sedimentos marinos indicó que el nivel de 400 ppm no se alcanzó tampoco en los 3 millones de años anteriores. Hasta “el siglo XIX, los niveles de dióxido de carbono se mantuvieron estables en 280 ppm, hasta que comenzaron a incrementarse como consecuencia de la utilización de combustibles fósiles”.
La marca tan temida se registró en 2013, pero hasta 2014, como el dióxido de carbono se genera sobre todo en el Hemisferio Norte, la circulación global había impedido que se alcanzara ese nivel en el Polo Sur. “La línea se superó el pasado 23 de mayo por primera vez en los últimos cuatro millones de años. Lamentablemente, una a una se van cumpliendo todas las predicciones que hace décadas, hacían los ‘fundamentalistas’ de la ecología”.
Las observaciones también afirman que en los últimos años se aceleró el aumento de la concentración de dióxido de carbono en la atmosfera.
Portavoces del NOAA advirtieron que “los niveles mundiales de CO2 no volverán a ser menores de 400 ppm en nuestra vida y casi seguro que durante mucho más tiempo”.
En 2015 “fue récord para la concentración de los principales gases de efecto invernadero, es decir, el CO2, el metano y el óxido nitroso. El aumento anual de CO2 fue el mayor en 58 años. También se batieron marcas en el incremento anual de temperatura en los mares” (op.cit.).
Autor: Bernardo Veksler