onforme todas las fuentes que consultó EDFM, la posible modificación de aspectos centrales del funcionamiento de las políticas estatales en las que se encuentra trabajando el equipo del nuevo gobierno nacional, que se materializará a través de la denominada ley ómnibus, requiere la atención y unidad de la dirigencia política, empresarial y los trabajadores fueguinos.
La trascendental ley, que se presentará la próxima semana en el Congreso Nacional, busca reformas profundas que afectarán la economía y la ingeniería fiscal del país. Se sabe que la política fiscal implica el uso del gasto público y los esquemas de recaudación como herramientas para ejercer influencia en la economía en diversos sentidos del desarrollo. Y que, además, la política fiscal alienta o apisona grandes lineamientos económicos del país.
De ahí que, con la llegada del nuevo gobierno nacional, el papel y los objetivos de la política fiscal han cobrado una importancia significativa, ya que el propio presidente electo, Javier Milei, ha formulado fuertes declaraciones durante toda su campaña electoral en este sentido. Tan determinante es la política fiscal que los gobiernos tienen la capacidad de intervenir para modificar los sistemas financieros, redefinir el modelo de crecimiento y reperfilar el rol estatal y del sector privado haciendo retoques específicos en la estructura fiscal a nivel nacional, que termina por impactar de lleno en la coparticipación que reciben provincias y municipios.
Estos mismos temas entrarán en estado de ebullición desde el inicio de la semana entrante, y la importancia de la nueva política fiscal podría tener fuertes impactos en el desarrollo social y productivo de Tierra del Fuego.
Sabemos por todas las declaraciones que se han producido, que entra en discusión el rol que tendrá el Estado nacional en los próximos años y cuáles son las funciones que le atañen. Sin duda que estos mismos debates no sólo impactarán a nivel central, sino que tendrá su correlato en todas las provincias. Y Tierra del Fuego no estará exenta de las consecuencias de las nuevas políticas económicas y fiscales que se implementen.
Ante esta coyuntura, es fundamental que la sociedad fueguina se una en la defensa de los sistemas de producción y servicios que caracterizan a la isla.
La producción y los servicios en Tierra del Fuego no solo representan actividades económicas, sino que constituyen pilares fundamentales para el ejercicio de la soberanía nacional en la provincia más austral del territorio argentino.
De allí que la posible revisión del sistema vinculado a la ley 19640 no es un asunto trivial; implica discutir la continuidad del modelo social que ha definido a la sociedad fueguina durante décadas.
Por esto mismo, la dirigencia política nacional debe actuar con responsabilidad al considerar cualquier modificación que afecte el entramado social, institucional y productivo en Tierra del Fuego. La provincia se ha desarrollado bajo un modelo específico, y cualquier alteración sin un análisis profundo podría tener graves consecuencias.
En este contexto, las organizaciones públicas y privadas fueguinas tienen la responsabilidad de construir un modelo de desarrollo sostenible que garantice la continuidad de los cimientos de Tierra del Fuego. Por los tiempos que corren, es el momento de presentarse ante el resto del país y demostrar el potencial energético que tiene la provincia, la capacidad de agregar valor a la producción local, el impacto positivo del turismo en la región y la posibilidad de expandir responsablemente los servicios antárticos.
Quizás ha llegado la hora de rendir un examen ante el país, mostrando el modelo de desarrollo alcanzado y defendiendo con argumentos sólidos. Será una oportunidad para corregir distorsiones injustificadas y mostrar cómo Tierra del Fuego ha generado inversiones y empleo gracias a su andamiaje institucional.
Queda en claro que senadores y diputados de todos los distritos tendrán la responsabilidad de pronunciarse sobre el formato de desarrollo de Tierra del Fuego. Por lo que, quizás, ha llegado el momento de justificar el modo de vida en la provincia y la importancia de mantener la estructura que ha permitido el progreso y la generación de empleo y desarrollo.
En este desafío, la unidad y la presentación colectiva serán fundamentales para defender el futuro de Tierra del Fuego en el nuevo contexto nacional.