n el valle de Andorra de la ciudad de Ushuaia, el camping municipal se ha convertido en el epicentro de problemas, según la detallada descripción de la comisaría de policía Natalia Fernández, jefa de la comisaría Quinta, quien informó sobre incidentes graves que han ocurrido recientemente en el lugar.
El pasado 11 de este mes, alrededor de las 21 horas, la policía recibió un llamado para intervenir en el camping debido a disturbios. "Cuando arribó el personal policial, constató la presencia de un masculino alterado arrojando piedras a las carpas. Se procedió a la aprehensión contravencional para proteger la integridad de los presentes", explicó Fernández. El detenido fue trasladado al hospital Regional para pericias y quedó detenido en la faz contravencional.
Esta detención desencadenó nuevos problemas. Minutos después, la policía recibió otra alerta sobre riñas generalizadas en el camping. "Las personas sobrepasaron el número de efectivos, por lo que se solicitó apoyo de otras unidades operativas, incluyendo personal de la comisaría Tercera y servicios especiales", señaló Fernández. La intervención policial llevó a la aprehensión judicial de cinco hombres y una mujer, bajo la carátula de atentado y resistencia a la autoridad.
La jefa policial informó que la situación del camping se remonta a noviembre, cuando se celebró un recital de La Renga. "La situación del camping se dio como un asentamiento desde el mes de noviembre en ocasión en que se celebrara el recital de La Renga. Podemos certificar esto debido a las identificaciones que hace el personal policial en las recorridas preventivas, hacemos identificaciones de rutina, verificamos las instalaciones del camping, y en ese momento en noviembre se identificó una serie de personas. Da la casualidad que en las nuevas identificaciones posteriores de estos últimos meses, nos damos con las mismas personas. Entonces, podemos afirmar que se quedaron desde el mes de noviembre”, afirmó Fernández.
La convivencia en el asentamiento ha generado molestias entre los vecinos, especialmente en las inmediaciones del local comercial Antonella, próximo al camping. "Suelen molestar a los transeúntes, solicitando dinero, amedrentando e incluso intentando vender artesanías de manera insistente", agregó Fernández. La mayoría de los residentes son artesanos desocupados y algunos se identifican como malabaristas, según consignó.
Entre tanto, la comunidad local se encuentra sumamente preocupada por la persistencia de estos problemas en el camping de Andorra y espera acciones concretas por parte de las autoridades para garantizar la seguridad y habitual tranquilidad de la zona.
