ste día, los confinados políticos se enteran, a través de una emisión radial de onda corta, de que en breve plazo el barco Chaco llegará a Ushuaia en su búsqueda, para ser liberados al retornar a Buenos Aires.
“Emocionados (Víctor Juan) Guillot y sus amigos parten a comunicar la noticia a los faraones (Honorio Pueyrredón, Adolfo Güemes, Mario Guido, Ricardo Rojas y Enrique Mosca) a los que suponen no informados, porque carecen de aparatos receptores “y no son hombres para molestarse en franquear la corta distancia que los separa de la Estación Radiotelegráfica, a fin de esperar noticias. Efectivamente cuando llegamos a sus puertas apagaban las luces disponiéndose a acostarse en la más dulce ignorancia. El grupo visitante rechazó las pastillas pectorales eternamente ubicadas sobre la chimenea y logra que Rojas saque un oporto bueno que aún conservaba. Los arrestados políticos son ahora 31 porque algunos han sido llevados a Puerto Madryn. Sin embargo esto no significó una liberación, pues al pasar de vuelta el “Chaco” los recogerá” (Jimena Sáenz. “1934. Radicales en Ushuaia”. Todo es Historia N° 78).
A las dos de la tarde del dos de mayo, aparece en el fondo del canal de Beagle la imagen del esperado navío. Luego del amarre, desembarcaron unos cincuenta penados que se incorporaron al Presidio.
“Aunque deben cumplir órdenes y restituir a los confinados a la capital nadie se apresura. El “Chaco” permanecerá ocho días más en Ushuaia hasta que llegue la orden de zarpar (…) El pueblo entero se despide con cariño de los confinados, quienes entre otras cosas han costeado la estufa de la escuelita” (op. Cit.).
Al llegar a Buenos Aires, ven como una inesperada postergación les impide el reencuentro con sus familiares y correligionarios, que se agolpaban en el muelle. Los confinados, entonces, continuaron en esa condición al ser derivados a la isla Martín García.
El gobierno de Agustín P. Justo buscó evitar la euforia colectiva y fue liberándolos en pequeños grupos.
Finalmente, el mediodía del 18 de junio, los últimos confinados son informados que a partir de ese momento recuperan su libertad, poniendo fin a la autoritaria medida del gobierno del “fraude patriótico”.
