n una sorprendente vuelta de guion, Ushuaia ha caído bajo un implacable hechizo de hielo. Este gélido invasor ha decidido tomar las veredas y sendas peatonales, transformándolas en resbaladizas pistas de patinaje.
Los vecinos, acostumbrados al frío, ahora enfrentan una nueva forma de vida donde cada paso se convierte en una pirueta involuntaria. Los negocios locales han comenzado a ofrecer clases de patinaje improvisadas, y los accidentes se han convertido en parte de la rutina diaria.
En medio de esta edad glaciar urbana, los vecinos afrontan con humor la ironía de vivir en una ciudad congelada que, paradójicamente, atrae a valientes turistas dispuestos a desafiar las nuevas condiciones. Mientras todos adoptan grampones y trineos, Ushuaia brilla con un resplandor helado, demostrando que incluso en la adversidad, la vida en el fin del mundo tiene un toque único y sorprendente.
