l dirigente anarquista Horacio Badaraco es trasladado a Ushuaia, como parte de las primeras medidas adoptadas por el gobierno de facto liderado por José Evaristo Uriburu.
Badaraco había nacido en 1901 en Buenos_Aires. Era miembro de una familia muy adinerada, propietaria de astilleros y bancos. Desde muy joven se interesó por la literatura anarquista y a los 16 años ya escribía en un periódico. Fue fundador de la Spartacus Alianza Obrera y Campesina.
Las represiones contra los trabajadores en la ‘Semana Trágica’ y en Santa Cruz, provocaron en Badaraco una gran conmoción.
Cuando llegó el momento de hacer el servicio militar decidió acudir a la convocatoria -a pesar que entre los anarquistas predominaba el criterio de desertar a Uruguay- para agitar contra la represión y hacer propaganda revolucionaria en el seno mismo de las fuerzas armadas.
A finales de 1923, frente al cuartel de Palermo, donde Badaraco era conscripto, el anarquista alemán Kurt Wilckens mató con una bomba al coronel Héctor Varela, represor de la ‘Patagonia Rebelde’. Badaraco repartió volantes en el cuartel recordando las matanzas de los peones rurales. El hecho fue aprovechado por los militares para acusarlo de haber marcado a Varela.
Por esa acusación fue salvajemente torturado y encerrado ocho meses en prisión. Desde la cárcel continuó escribiendo artículos para ‘La Antorcha’.
Contrajo matrimonio con Ana Romero, obrera del vidrio, y renunció a la herencia familiar. Trabajaba como lavador de autos y escribía para el periódico anarquista. En su prédica, además de denunciar la represión y el régimen carcelario, incluyó la defensa de la mujer y la educación antiautoritaria y racionalista.
Luego de un atentado a la embajada de Estados Unidos, por la ejecución de los anarquistas Sacco y Vanzetti, fue llevado a prisión junto con Alberto Bianchi, también miembro de La Antorcha. Ambos iniciaron una huelga de hambre. Dos semanas después se adhieren a la huelga todos los detenidos en el Departamento Central de Policía. Pronto salen en libertad los dos anarquistas.
Seis meses después, luego de justificar el atentado de Wilckens en un artículo, Badaraco es nuevamente encarcelado; allí inicia una campaña para la liberación de Simón Radowitzky. Después del golpe militar del 6 de septiembre de 1930, fue trasladado a Ushuaia, donde fue aislado en una celda de castigo durante un año y medio.