n grupo grande de conductores usan las balizas de sus autos como si fueran varitas mágicas para creer que se produce un hechizo que transforma cualquier espacio prohibido en un aparcamiento VIP.
Para algunos de ellos, las señales de "Prohibido Estacionar" son meras sugerencias, fácilmente anuladas con un simple toque de luces parpadeantes. Zona de carga, entrada de emergencia o esquina peligrosa: todo es juego limpio una vez encendidas las balizas.
¿Y quién podría enfadarse ante semejante destello de ingenio urbano? Esas luces transmiten un mensaje tranquilizador: “Solo será un instante” (léase: una eternidad). Sin duda, activan algún campo de fuerza oculto que suspende las leyes de tráfico, al menos en la mente del irreverente conductor. ¡Qué habilidad tan envidiable!