on buen criterio se decidió, en algún momento, construir veredas inclusivas. Es decir, con señales para personas con capacidades visuales disminuidas. Pasado el tiempo, el uso, el descuido y la desidia hicieron lo suyo. La vereda es la de Casa de Gobierno. Estaría bueno que el organismo responsable ponga manos a la obra, para que la inclusión y la seguridad de los peatones no sea sólo una cuestión declamativa.