erónimo Guerrero Iraola, abogado de excombatientes que denuncian hechos de tortura en Malvinas, se refirió a la causa luego de que, recientemente, el fiscal federal de Río Grande, Marcelo Rapoport pidiera la detención y el llamado a indagatoria de diez militares por la aplicación de tormentos contra tres conscriptos.
“Nosotros desde el año 2007 venimos impulsando esta causa que obviamente podemos calificar como una Megacausa ya que estamos hablando de más de 110 militares denunciados y de más de 200 víctimas que han prestado declaración testimonial en el marco de estas actuaciones y más de 200 actos y hechos de tortura. Estamos en presencia de una Megacausa que a muchísimos años, de 2007 a la fecha, de iniciada la misma y más de 40 años de iniciada y finalizada la guerra de Malvinas, sigue aguardando una respuesta conducente del Poder Judicial de la Nación”, manifestó el letrado.
“En el marco de eso estos hitos, estos peldaños que vamos conquistando, que tienen que ver con el requerimiento del fiscal Rapoport de esta semana, son enormes pasos que van consolidando lo que venimos sosteniendo y es que los soldados conscriptos de Malvinas han sido la última víctima colectiva de la última dictadura cívico militar”, remarcó.
Guerrero Iraola sostuvo que los soldados de Malvinas fueron cruelmente torturados durante la guerra. Señaló que las torturas consistieron en estaqueamientos; enterramientos; obligarlos a sumergirse en agua helada completamente desnudos, con las inclemencias climáticas en Malvinas en el periodo que fue la guerra; simulacros de fusilamiento; golpes de todo tipo; humillaciones y otro tipo de vejaciones.
“Esto tiene una explicación y una explicación bastante concreta y simple que está dada porque las Fuerzas Armadas Argentinas para el año 1982 estaban instruidas en la doctrina de la seguridad nacional, estaban preparadas para la represión de lo que regionalmente se había caracterizado como el enemigo interno y en el marco de eso lógicamente fueron a hacer a Malvinas aquello para lo que estaban preparadas, formadas, que era la desaparición, el exterminio y la muerte. Había una preparación de las Fuerzas Armadas orientada a sostener el aparato represivo que regía del ‘76 en adelante en territorio continental argentino”, argumentó.
“Ya en territorio insular argentino esas Fuerzas Armadas exhiben toda su falta de preparación para la defensa y como contrapartida la crueldad y los métodos de crueldad para los cuales estaban instruidas y es ahí que torturan a los soldados”, relató y mencionó que “generalmente estas torturas sobrevenían ante la necesidad de los conscriptos de procurarse algo de alimento, algo de comida, y demás por parte de unos soldados que estaban siendo deliberadamente hambreados”.
“La superioridad comía bien, comía calentito, mientras los soldados, los pibes que estaban haciendo la colimba (como se le llamaba popularmente al Servicio Militar Obligatorio) para el ’82, estaban siendo sometidos a unas condiciones extremas de hambre y sufrimiento y padecimiento”, denunció y resaltó que esto también ha quedado plasmado en documentos oficiales que caracterizan a la guerra de Malvinas como una “aventura militar”.
“Cuando comienzan a hacerse públicos estos actos de tortura y de violencia el Estado genocida decide montar un aparato adicional que es el aparato del silencio, nosotros le llamamos tecnología de impunidad, orientado a que no se conociera lo que se había hecho con nuestros pibes, con los soldados de Malvinas y se les impuso el silencio a los conscriptos”, enfatizó el abogado.
Por otro lado destacó que entre los torturados no hay militares de carrera sino que todas las víctimas de las crueldades fueron los conscriptos. “Este es un dato llamativo, un dato que hay que resaltar, que tiene que ver con este odio que tenían para con el pueblo con lo cual cuando digo que las Fuerzas Armadas hicieron aquello para lo cual estaban preparadas estoy refiriéndome a esto, fueron contra los pibes, contra los colimbas, contra los hijos del pueblo que habían sido previamente arrastrados a una guerra que, en términos reales, también constituyó un profundo y temerario desatino”, cerró.
