l ingreso a Ushuaia, lo que inicialmente parece una ciudad de ensueño se convierte en un verdadero espectáculo chocante: una fila de autos abandonados a un lado del ingreso a la ciudad, sobre la colectora de la avenida Héroes de Malvinas. La sorpresa es innegable al ver cómo once vehículos yacen oxidados y olvidados, como si el tiempo se hubiera detenido para ellos. Cada automóvil, con su pintura desgastada y ventanas rotas, cuenta una historia de días pasados.
Uno espera encontrar coches en movimiento, pero aquí, en este rincón solitario, la realidad es diferente. La curiosidad florece al imaginar quiénes fueron sus dueños y qué aventuras compartieron. En medio de la belleza natural de Ushuaia, estos autos-basura tiran abajo cualquier proyecto de ciudad sostenible.