lrededor de esta fecha, un grupo de arqueólogos de la Universidad de Chile encuentran en Navarino el “esqueleto de un niño yámana de seis años, que se conservó en perfecto estado y que tendría unos dos mil quinientos años de antigüedad” (Revista Ojo Periodismo N° 8. Tierra del Fuego, 28/3/2000).
El hecho revistió importancia para la ciencia. Según el arqueólogo Carlos Ocampo, la importancia del hallazgo radicó en que fue “la primera vez que se encontró una tumba yámana en Chile. Incluso permitirá estudiar los pormenores de la ceremonia funeraria de la etnia yámana, ya que junto al niño se encontraron restos de un ajuar y otros utensilios de la época prehispánica”.
Los restos del niño, bautizado como ‘Eupasin’ por los científicos, fueron detectados “cuando un lugareño se encontraba arando un campo (…) En el lugar también se encontraron otros dos cuerpos, pero fueron destruidos por la acción del arado”.
Los restos fueron enviados a Santiago para someterlos a un análisis genético en la Universidad de Chile.
La expedición se proponía estudiar la adaptación humana al mar en las zonas frías. “Desde 1989 llevan a cabo un estudio de prospección del área y han encontrado más de seiscientos sitios arqueológicos, entre los cuales se destaca el descubrimiento de un asentamiento yámana que habría agrupado a doscientas familias, lo cual echaría por tierra la teoría de que esta etnia llevó siempre una vida errante y solitaria” (op.cit.).
En el sitio arqueológico Punta Guerrico, en la isla Navarino, se pudo constatar una antigüedad de 7.500 años (5.600 a 5.554 años A.C.) de presencia humana en el lugar.
Este conglomerado “nos habla de verdaderas aldeas de personas viviendo juntas, es decir, no de familias nómades, buscando alimentos de caleta en caleta, sino de una forma de asentamiento más permanente. El canal no es tan grande, en canoa se puede acceder a los recursos e ir y volver en el día. Al parecer era alta la movilidad, pero las personas no estaban cambiando recurrentemente de campamento. El hecho de que haya tantos fondos de habitación juntos nos dice de muchas personas reunidas ahí viviendo de manera conjunta, lo cual implicaría la existencia de alguna estructura social u organización específica. Esto es una diferencia muy grande con respecto a lo que se pensaba hasta ahora” (Sitio Web del periódico de la Universidad de Chile).