La incongruente teoría del “Tirano Bueno”
Editorial

La incongruente teoría del “Tirano Bueno”

Por: Comité Editorial EDFM
14/04/2025
E

n el intrincado tapiz del poder, donde las luces y sombras del alma se entrelazan, se alza la figura del "Tirano Bueno". Este personaje, enfundado en sus propias convicciones, se erige como el faro de una nación, prometiendo un futuro de esplendor mientras su voz ensordece a todo disenso.

Nos encontramos ante un enigma paradójico: una autoridad que, con afán mesiánico, asegura caminar por senderos de imposible redención, imaginando que su único juicio es el dictamen supremo. Estas figuras desatan, sin embargo, tempestades de incomunicación, donde el eco de la oposición se pierde en un abismo de descalificaciones y agravios.

En Argentina contemplamos el despliegue de esta obra magistral de contradicciones. Un gobierno que clama por el bienestar colectivo, pero que avanza vorazmente en solitario, ajeno a las voces de quienes trazan la geografía del país en sus provincias.

Gobernadores son testigos de un poder que no conoce el diálogo, que ignora las sutilezas del consenso, y que ataca con vehemencia a aquellos que osan cuestionarlo. Este "benefactor" omnipotente se reviste de una máscara benigna; sin embargo, en esencia, centraliza su poder con la firmeza de un hierro candente. La promesa de guiar a la nación hacia la prosperidad está sembrada de imposibilidades, pues el navegante que no escucha al mar pronto pierde el rumbo.

Así, el "Tirano Bueno" dibuja su imperio no sobre cimientos sólidos de participación y diversidad, sino entre las arenas movedizas de su propia verdad incuestionable. En el rincón más austral de Argentina, Tierra del Fuego se encuentra atrapada en el vórtice de esta teoría. Al cortar unilateralmente todas las políticas nacionales que promovían el desarrollo de la provincia, la autoridad central ha convertido en cenizas las esperanzas de progreso que tantos habían cultivado. En esta desdicha, el “Tirano Bueno”, con su discurso de benevolencia, no solo silencia a quienes intentan avanzar, sino que también frustra la gestión de créditos fundamentales. La construcción de una nueva central termoeléctrica en Ushuaia y la posibilidad de un parque de aerogeneración en la zona norte se ven ahogadas por decisiones que parecen más caprichos que criterios de Estado.

Con el desinterés por contribuir al desarrollo de la provincia, se niega a desbloquear los créditos con la Corporación Andina de Fomento para vitales proyectos de infraestructura energética. Así, la Tierra del Fuego se convierte en un escenario donde las promesas de desarrollo sucumben al yugo de un poder que, bajo el manto del bien común, se niega a otorgar las herramientas necesarias para el avance, dejando a la provincia a la deriva en su lucha por el crecimiento y la autonomía.

Quizá la estrategia no resulte otra que la archiconocida maniobra del egoísmo político, ese mismo que la tan mentada “casta”, que la gestión del “Tirano Bueno” vino a destruir, aplicaba a los gobernadores que osaban oponerse a sus antojos imperiales, corriéndolos con la billetera del poder. No vaya a ser que luego, como ya se ha reiterado en los escenarios de la historia política reciente, surjan las pretendidas figuras salvadoras, que portadoras del mismo color partidario del supremo sean bendecidas con los resultados de mágicas gestiones que finalmente traigan la dicha a los fueguinos.

La danza de la autoridad recargada con buenas intenciones es, al final, una coreografía trágica. Los autoritarismos son incompatibles con las políticas de desarrollo sostenible, pues erradicando el diálogo y el consenso, arrastran a sus naciones hacia un horizonte despojado de posibilidades y esperanza.

En el intersticio de la justicia social y el autoritarismo, solo pueden florecer las voces que aún se elevan, auténticas y resueltas, en un canto de libertad que se niega a ser silenciado. Así, una nación que anhela el progreso debe cuidar de deslindar su camino de las sombras que son estos tiranos benevolentes, advirtiendo que el único poder legítimo es aquel que se edifica sobre la base de la comunidad y la participación genuina.

 

(*) El Comité Editorial está conformado por un grupo de periodistas de EDFM. El desarrollo editorial está basado en su experiencia, investigación y debates sobre los temas abordados.

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