on una Honda C90 de 1992 -apodada "Econo" por su frugalidad-, Pablo Imhoff, el audaz argentino conocido como Pablito Viajero, convirtió lo imposible en hazaña: cruzar 15 países desde el Fin del Mundo hasta Alaska.
Su arranque en Ushuaia, donde se volvió "experto en vientos patagónicos y sueños desmesurados", fue solo el prólogo de un viaje de 50.000 km, donde cada curva escondía un desafío: desde el Salar de Uyuni hasta los túneles colombianos, pasando por burocracias de lo más creativas y lluvias que lavaban hasta la paciencia.
Con épica de roadmovie y elegancia de trotamundos, Pablo demostró que 90cc y un baúl de madera bastan para conquistar montañas, fronteras y corazones. "La moto es libertad con olor a nafta barata", diría él, mientras dejaba atrás rutas, anécdotas y un mensaje claro: los grandes viajes no se miden en kilómetros, sino en sonrisas recogidas por el camino. ¡Bravo, Pablito, por llevar el espíritu de Ushuaia a toda América!