Un primer análisis electoral
Editorial

Un primer análisis electoral

Por: Comité Editorial EDFM
20/08/2025
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ierra del Fuego ingresa a las elecciones nacionales del 26 de octubre con un tablero político marcado por la fragmentación. Como ocurre en una elección de medio término, la disputa local refleja la pulseada nacional: las dos principales fuerzas que confrontan en todo el país también lo harán en territorio fueguino.

 

En ese marco, es probable que al cierre de la jornada electoral los titulares nacionales hablen de un triunfo de Fuerza Patria o del frente libertario de Javier y Karina Milei. Sin embargo, entre ambas orillas, el espacio de los cinco gobernadores intentará posicionarse como una tercera fuerza con proyección hacia 2027, buscando romper la polarización entre libertarios y justicialistas aliados a sectores progresistas.

 

Particularmente en Tierra del Fuego, el oficialismo provincial y el justicialismo de Ushuaia, nucleados en Fuerza Patria, procuran sostener la hegemonía alcanzada en 2023. Para ello cuentan con el acompañamiento de un número considerable de gremios y organizaciones sindicales. En contraposición, La Libertad Avanza se propone capitalizar la ola violeta de Milei, favorecida por la retirada de Somos Fueguinos, que dejó huérfano a un electorado que podría volcarse mayoritariamente hacia las boletas libertarias.

 

Al mismo tiempo, el frente Defendamos Tierra del Fuego aparece como novedad en la contienda. Nacido en Río Grande y Tolhuin, con el aporte del löfflerismo desde las estructuras del debilitado Movimiento Popular Fueguino, intenta consolidarse como tercera fuerza y recrear un escenario de tercios en el electorado fueguino.

 

De allí que, en este triángulo de poder, se definirá quién obtiene las dos bancas de mayoría en el Senado y quién se queda con la minoría. El frente que quede relegado al tercer lugar deberá afrontar lecturas incómodas de cara a la elección constituyente del año próximo y a las generales de 2027. Por ello, Provincias Unidas y las fuerzas menores procurarán no quedar fuera de una pelea donde cada voto puede torcer el rumbo político provincial.

 

En cuanto a candidaturas, Fuerza Patria apuesta a la continuidad. Con Cristina López buscando la reelección en el Senado y Federico Runin como compañero de fórmula, el espacio justicialista-FORJA (Vuoto-Melella) combina experiencia y renovación. No obstante, exhibe una debilidad: la fragmentación para confrontar contra el eje Libertarios+PRO, muestra de que las internas también pesan en su armado. En Diputados, Agustín Tita representa la gestión provincial y la centralidad política, pero también carga con el antecedente a su favor que el gobernador Gustavo Melella no acompañó ninguna iniciativa del presidente Milei.  

Por otra parte, La Libertad Avanza, con Agustín Coto al frente, pretende cabalgar la ola nacional mileísta. Sin embargo, su programa choca con la realidad local: ¿cómo hablar de soberanía y apertura en una provincia cuya economía depende del régimen de promoción industrial y del proteccionismo fiscal para sostener empleo y consumo? El dilema es evidente.

 

En paralelo, Defendamos Tierra del Fuego, conducido por el intendente Martín Perez, busca ampliar su base desde Río Grande hacia toda la provincia. Con el experimentado Gastón Díaz y Ana Paula Cejas como candidatos al Senado, y el firme respaldo de Pérez, Harrington y la familia Löffler, intenta instalar una voz propia capaz de romper la polarización y erigirse como alternativa real al peronismo y a los libertarios. Sin duda, Perez intentará traccionar electoralmente desde los resultados de su gestión municipal y la fortaleza de su gabinete.

 

Al mismo tiempo, Provincias Unidas ofrece moderación. Con Pablo Blanco como figura de experiencia en el Senado, se presenta como otra “tercera vía” federal, alineada al discurso de institucionalidad de los gobernadores que no cerraron filas ni con Milei ni con el peronismo. Su desafío, sin embargo, es no quedar reducida a un rol testimonial en medio de la polarización.

 

Por su parte, el FIT-Unidad y las fuerzas menores completan el mapa. Con pocas chances de acceder a bancas, se enfocan en sostener debates sociales, laborales y de derechos que de otro modo quedarían fuera de la agenda pública.

 

Finalmente, un dato político sobresale: el renunciamiento de Somos Fueguinos, que decidió no competir. Así, el partido de la histórica “Chispita” Fadul pierde la banca que ocupaba Ricardo Garramuño, hijo del ex intendente Jorge Garramuño. Su salida deja un electorado disponible que, según anticipan los propios libertarios, podría migrar hacia sus listas. En la jerga interna de los violetas ya lo celebran, llamando con sorna a sus potenciales aliados electorales como “Somos Libertarios”.

 

Por consiguiente, Tierra del Fuego enfrenta una elección en la que se juegan mucho más que nombres. Se decidirá si prevalece la continuidad peronista-progresista, si Defendamos Tierra del Fuego logra consolidarse como una fuerza con volumen electoral más allá de la órbita municipal, si la ola libertaria consigue perforar incluso donde su programa parece inviable, o si la moderación encuentra espacio para renacer.

 

El 26 de octubre no será solo una fecha en el calendario: será una radiografía de la voluntad política de los fueguinos, entre la defensa de lo propio, la apertura al cambio y la búsqueda de certezas en tiempos de incertidumbre.

 

Lo que no puede ocurrir es que la sociedad se aleje de la política y se abstenga de votar en una elección que será crucial para el futuro de la provincia.

 

(*) El Comité Editorial está conformado por un grupo de periodistas de EDFM. El desarrollo editorial está basado en su experiencia, investigación y debates sobre los temas abordados.

 

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