icen que tenemos un presidente multitasking: gobierna de día y da recitales de noche. Mientras firma decretos, ensaya agudos; mientras canta, sube el dólar y el volumen al mismo tiempo.
En las reuniones del gabinete pide micrófono, no quórum. El Congreso ya piensa en ponerle un telón y luces para que se sienta más cómodo.
Su gabinete ahora se llama “la banda presidencial”, y el ministro de Economía toca el bajo… porque la economía está baja y en alto va el riesgo país.
Cuando termina un discurso, el público no aplaude: pide bises.
¡Y él, feliz, les canta otro veto presidencial en re menor!