a protesta impulsada por ATE Ushuaia se concretó durante la jornada de ayer en un tramo de la Ruta 3, bajo jurisdicción nacional. El corte, de carácter intermitente, se mantuvo activo durante varias horas y provocó demoras en la circulación de trabajadores, transportistas y vehículos particulares. La acción gremial se dio tras la última reunión paritaria en la que el Ejecutivo ofreció un aumento del 2%, considerado “irrisorio” por la conducción sindical.
Llamativamente, no se produjo intervención del Juzgado Federal de Ushuaia ni de las fuerzas de seguridad nacional, tratándose de una ruta donde la intervención es de los organismos federales de seguridad y se encuentra vigente el protocolo antipiquetes.
El malestar se expresó también en redes sociales y medios de comunicación, donde numerosos usuarios y oyentes cuestionaron que un reclamo de estatales termine afectando a trabajadores del sector privado, estudiantes y familias que no tienen relación directa con el conflicto. Se reiteró además la falta de representatividad de este tipo de acciones, que son decididas por un grupo reducido sin consulta previa a las bases.
La protesta ocurre pocos días después de las elecciones nacionales, en las que el mismo gremio había expresado públicamente su respaldo a las listas del frente electoral ¨Fuerza Patria¨l. Esto generó críticas sobre la coherencia del accionar sindical, al pasar en pocos días del apoyo electoral al enfrentamiento en la calle.
En paralelo, nuevamente se volvió a plantear que existen canales institucionales para expresar los desacuerdos, como las audiencias ante el Ministerio de Trabajo, los pedidos formales de reapertura de paritarias o manifestaciones que no alteren el orden público. También se recordó que existen antecedentes judiciales por cortes similares realizados por el mismo gremio en años anteriores, donde, incluso, el propio Carlos Córdoba estuvo imputado por la realización de cortes en el ingreso a la ciudad de Ushuaia.
El conflicto concluyó, en principio, a las 18,30 y se despejó el tránsito en su totalidad. Mientras tanto, el debate sobre los límites y formas de la protesta gremial vuelve a instalarse en la agenda pública, con posiciones divididas entre el derecho a reclamar de manera irracional y el respeto al conjunto de la sociedad.