ué alivio ver cómo se planifica la defensa: primero el acto, después -si queda tiempo y recursos- la estrategia. Celebramos la compra de los F-16 como si fuera el último y más avanzado acto heroico, pero en la misma entrega aparecen las letras chicas: sin misiles de largo alcance, sin capacidad real para enfrentar defensas antiaéreas modernas y con límites para operar a distancias extensas con carga útil (por ejemplo sería imposible ir abastecidos hasta Malvinas). La actualización en defensa se parece más a un reencuentro con el pasado, con mucha épica y poco alcance.
Mientras tanto, el Reino Unido proyecta reemplazos con F-35 antes de 2030 y una transición a 6ª generación hacia 2035, con IA, drones acompañantes y guerra en red.
Ellos planifican 2035; nosotros festejamos 1983 con pintura nueva.