icen que el espacio público es de todos… salvo que tengas un auto “en venta” y ganas de improvisar una concesionaria a cielo abierto. En la postal de hoy, se observa como el rodado es instalado apropiándose de la ochava de la esquina, ese pequeño detalle urbano pensado para que se vea y no se choque medio barrio.
Total, ¿para qué serviría la esquina despejada? ¿Para que un chico cruce seguro, para que una persona mayor tenga visibilidad, para que un auto doble sin jugar a la ruleta? Qué anticuado. Mucho mejor convertir la vía pública en vidriera privada, con cartelito, botellita y todo, y que el resto se arregle como pueda: bajando a la calle, esquivando, adivinando.