ediante una nota, el investigador del CONICET Werner Flueck alertó a la Legislatura fueguina que los bosques del fin del mundo estarían en peligro, frente a la amenaza de una posible introducción de ciervos colorados (cervus elaphus) en la zona chilena vecina al Parque Nacional Tierra del Fuego. El proyecto productivo estaría siendo gestado en una estancia, y, según datos hallados en Internet, esta iniciativa cuenta con el apoyo del Gobierno chileno. Próximamente, los ejemplares serían liberados para instalar la casería en la zona, puesto que se considera que el animal rinde ganancias a través de la carne, cuero y las astas.
Lo alarmante del hecho es que la medida podría significar escapes y el posterior establecimiento de ciervos asilvestrados en la Tierra del Fuego argentina, y con ello la posibilidad de que, en un futuro, la provincia sea ocupada por estos animales dañinos, que están considerados como uno de los catorce mamíferos invasores que deberían ser controlados.
Flueck es un especialista suizo que actualmente reside en Bariloche, provincia de Río Negro, y posee una amplia experiencia en fauna silvestre. En los últimos 25 años su equipo ha investigado a los cérvidos, y desde 1990 a las especies introducidas en la Patagonia.
El investigador dialogó con el diario del Fin del Mundo, y explicó que por ser un animal exótico "el ciervo es un problema para la conservación de la fauna y flora nativa, sobre todo cuando entran en las zonas protegidas", puesto que consideró que "pueden ocasionar modificaciones al ecosistema en general y faltan mecanismos naturales para controlar sus poblaciones". Remarcó que los "estudios demuestran que con la introducción de este animal en la Patagonia y en ambientes como Nueva Zelanda se produjeron cambios profundos en los suelos, vegetación y fauna".
Asimismo apuntó que el animal "se reproduce muy bien" y que en estos casos es difícil garantizar que no habrá escapes, y con el paso del tiempo, sería casi imposible erradicar los ciervos asilvestrados en de los bosques de Tierra del Fuego.
Urge coordinar acciones
Werner Flueck adujo que en caso de concertarse la introducción de esta especie en estos nuevos espacios, "debería hacerse con mucha precaución, con un sistema de encierres, que sea intensivo, que pueda asegurar que no haya escapes".
En tanto, el denunciante señaló que sería conveniente que en esta situación en la que se ve sumergida Tierra del Fuego, la Provincia coordine una discusión con el país vecino, con el fin de realizar alguna acción preventiva frente a esta inminente amanzana a la Isla Grande de Tierra del Fuego.
El animal
El ciervo colorado silvestre es un rumiante de la familia de los cérvidos , originario de Europa. La especie logró arraigarse en diversas zonas del cono sur de América, especialmente en las provincias andinas argentinas, y en las regiones más australes de Chile. La especie logró alcanzar gran tamaño, lo que ocasiona que consuma una mayor cantidad de alimento. Los machos pueden llegar a pesar más de 250 kilos y medir hasta 1,40 metros a la altura de la cruz.
Por ser un buen competidor, el ciervo ha desplazado a herbívoros nativos hacia zonas menos favorables, y en general no tiene enemigos, excepto en zonas donde convive con pumas. El pelaje es de color pardo rojizo con una mancha clara alrededor de la cola. El
macho se caracteriza por poseer durante los meses de verano y otoño una
cornamenta amplia ramificada y de puntas separadas, la misma que se constituye como un trofeo codiciado durante la temporada de caza.
La primera introducción de la especie en Chile se realizó en 1928, con animales
traídos desde Alemania, y luego en 1948 se internó en Argentina. La crianza en cautiverio de cérvidos está orientada a la producción de velvet y carne. Es una actividad agropecuaria consolidada en Nueva Zelanda, Canadá y la Unión Europea.
Ciervos en Tierra del Fuego En 1976 el ciervo colorado fue introducido en la Isla de los Estados de Tierra del Fuego y, desafortunadamente, la experiencia demuestra que los resultados son lamentables. Actualmente los animales están ocupando la zona oeste de la Isla, donde han producido daños irreversibles en la vegetación. El biólogo del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC) Adrián Schiviani señaló que el caso de la Isla de los Estados es "paradigmático", puesto que los ciervos y también las cabras están consumiendo la vegetación de la isla; y sostuvo que "en 200 años esos bosques desaparecerán y serán remplazado por una comunidad arbustiva". La salida Adrián Schiavini manifestó al diario del Fin del Mundo que de prosperar esta iniciativa, debería considerarse como un problema binacional, y sostuvo que habría que tratar de impedir cualquier tipo de introducción de especies dañinas. En ese aspecto, recordó que "ya se han producido diversos daños con la introducción del castor, el visón y la rata almizclera". |