fectivos del Comando de Operaciones Policiales y de la Unidad Preventora de Minoridad y Familia debieron acudir ante el llamado desesperado de una persona que dio cuenta que encontró a una pequeña de 5 años llorando en la vereda porque su hermanita había desaparecido, ayer por la tarde, en Güiraldes al 500.
El incidente, que no pasó desapercibido entre los vecinos, se produjo alrededor de las 21 en momentos en que un remisero y un abogado se percataron de que una pequeña se encontraba en una crisis nerviosa debido a que su hermanita, que había quedado a su cuidado, había desaparecido.
Al llegar el personal policial dialogó con la pequeña previo tranquilizarla. Allí la menor comentó que ella estaba sola en la vivienda, al cuidado de su hermanita de 3 años, cuando desapareció.
La pequeña de tan sólo 5 años, compungida, se subió a una patrulla con personal de la Unidad Preventora, y fueron en busca del padre, quien trabajaría en un establecimiento escolar ubicado a pocos metros del lugar.
Mientras tanto y con los datos aportados por la pequeña, los uniformados comenzaron a preguntar a los vecinos, quienes salieron de sus viviendas al ver el operativo policial que incluyó el desplazamiento de una decena de uniformados en tres patrullas policiales.
Así, alrededor de las 21.45 y mientras el personal policial buscaba en las zonas cercanas, se hizo presente el padre y la madre de la pequeña con su otra hija. Tal fue el susto de la pequeña de 5 años, que ni siquiera quería abandonar el hogar familiar porque quedaban las puertas de ingreso abiertas.
El "gracias" del padre no bastó al personal policial, que advirtió sobre el inicio de un expediente judicial con intervención del Juzgado de Menores, por el abandono de sus hijas.
