uestro compañero de tareas Wilder Urbina retornó de sus vacaciones luego de haber transitado más de 17 mil kilómetros hasta su Perú natal. A diferencia de otros años esta vez le tocó manejar hasta Chiclayo. Si antes lo llamaban el caminante, tras esta proeza se ha ganado el apodo de "Corre Caminos". Y por si algún malintencionado se le ocurre poner el tela de juicio sus dotes de conductor, sólo rompió un paragolpes en el tramo final. Demasiado poco para un viaje tan largo.