or Roberto Cabezas
En los tiempos políticos que corren existe la sensación de que a la Justicia no le resulta tan sencillo resolver alguna cuestión pendiente sobre un diputado o un senador, como la de un ciudadano común.
Existen los fueros, previstos en la Constitución Nacional, y una historia reciente que nos permite pensar que además hay una suerte de sometimiento del Poder Judicial al poder político de turno. Acusaciones de este tipo se escuchan a diario de boca de los propios políticos.
Imaginar una respuesta a la pregunta planteada en el título no lleva mucho tiempo encontrarla. Es el Congreso un buen lugar para que algunos se refugien. Pronto habrá elecciones para que en Tierra del Fuego elijamos diputados nacionales. Buen momento, entonces.
Si bien las elecciones más apáticas son las legislativas, en esta oportunidad parecen tener un tinte un poco más protagónico de la realidad, sobre todo por la cuestión nacional.
Por supuesto que este razonamiento tiene que ver con la candidatura de Ana Córdoba, la esposa del actual senador Jorge Colazo. Es imposible desvincular la vida política de los integrantes del matrimonio Colazo-Córdoba. Por ejemplo, ambos comparten una causa por enriquecimiento ilícito, iniciada luego del paso de su marido por la gobernación de nuestra provincia, por la que están procesados. Existiría, en principio, un incremento patrimonial no justificado de $1.174.687,40. Corresponde aclarar que Ana Córdoba, además de la causa por enriquecimiento ilícito, también está procesada en un expediente judicial que investiga el presunto depósito de fondos provenientes de un anticipo con cargo a rendir por 50 mil pesos (como si fuera un chiste, eran fondos destinados a atender necesidades de personas de bajos recursos) que fueron depositados en la cuenta personal de Ana Córdoba. En esta causa está involucrado también Pedro Bernal, que irá a juicio oral durante este mes en una causa que investiga diez hechos de corrupción durante la gestión de Jorge Colazo.
Respecto del tema judicial, a Jorge Colazo no le fue tan mal siendo senador. Como si él hubiera elegido el Senado de la Nación para refugiarse. Pudo, hasta ahora, gambetear a la Justicia de Tierra del Fuego y a la decisión de la Legislatura Provincial que lo destituyó como gobernador y lo inhabilitó para ejercer cargos públicos. De esa forma lo declaró indigno de ocupar cargos y pese a ello logró, recurso extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, mediante asumir el cargo de Senador. El recurso extraordinario avanza muy, pero muy lentamente en la Corte Suprema, pese al dictamen del procurador General de la Nación, Esteban Righi, que dice que Colazo debe dejar el cargo, respetando la decisión de los representantes del pueblo de Tierra del Fuego. Sin embargo su condición de ultra kirchnerista pareciera tener algo que ver en el tema, pareciera. Sobre todo en épocas en que los votos del Senado se cuentan de a uno.
Como decía, la vida política de Ana Córdoba está vinculada estrechamente a la carrera de su marido, como buen matrimonio que son. Entonces cualquier análisis que se haga de esta candidatura no se puede hacer ajeno al marido de la candidata.
Frente a este panorama, el Congreso de la Nación es un buen lugar para Ana Córdoba.
¿Ana Córdoba será tan tránsfuga como su marido?
Transfugismo: término con el que el idioma castellano define a quien "pasa de una ideología a otra. A su vez, caracteriza al tránsfuga como aquel que ocupando un cargo público "no abandona éste al separarse del partido que lo presentó como candidato" y que al militar "cambia de bando en tiempo de conflicto".
Existe presentado desde el año 2005 en el Senado de la Nación un proyecto que se conoció como "iniciativa anti borocotización". Este proyecto busca impedir que los legisladores cambien de partido, contra la borocotización de la política. Los argentinos tuvimos el extraño privilegio de dar nacimiento a una acepción en el idioma castellano para catalogar a quienes engañan al electorado presentándose por un partido y al poco tiempo de asumir optar por pertenecer a otro, traicionando de esa manera a quienes confiaron en ellos. El término fue popularizado cuando el diputado Eduardo Lorenzo "Borocotó" saltó, a los 17 días de asumir en 2005, de las filas del macrismo al kirchnerismo. Un ejemplo de tránsfuga.
El proyecto, que es una reforma a la ley de Ética Pública, dice que "los legisladores nacionales, electos o en funciones", mientras dure su mandato, "deberán abstenerse de afiliarse, adherir o integrar un bloque político de un partido distinto al de su candidatura". El proyecto contempla hasta una multa en pesos que llegaba, en ese momento, a los 50 mil pesos, y la inhabilitación de 4 a 10 años para los que cambien de partido.
El transfugismo y la borocotización son otros de los ejemplos que nuestro senador nacional Jorge Colazo le da al país en representación de los fueguinos. Era radical, lo fue durante mucho tiempo, partido en que logró ser autoridad partidaria (presidió el órgano interno más importante de la UCR, la Convención Provincial), fue concejal por la ciudad de Río Grande y por dos períodos intendente de aquella ciudad. Siendo radical dijo, a la prensa nacional, que Carlos Menem había sido el mejor presidente de los últimos 100 años. Intentó presentarse como candidato a intendente por un partido que era liderado por Héctor "Titi" Pena. Luego fue senador nacional nuevamente como radical. Años más tarde dejó el cargo cuando fue electo gobernador por el Frente de Unidad Provincial, período donde ya fue mostrando su condición de ultra kirchnerista, ya que fue el primer gobernador del país en pedir, en una solicitada en medios nacionales, la reelección de Néstor Kirchner cuando en el país nadie hablaba de eso.
Y en la última elección para elegir senadores nacionales se presentó por el Paufe, partido liderado por el represor –hoy detenido– Luis Abelardo Patti. Al llegar al Senado se mandó una nueva transfugueada, ya que hoy integra el Frente para la Victoria.
Su esposa Ana Córdoba, su compañera en la vida y en la vida política, hoy se presenta por el Partido Popular. Demás está imaginarse que si llega a ocupar una banca en la Cámara de Diputados integrará el bloque del Frente para la Victoria, siendo, seguramente, una más de las ultrakirchneristas.
A la miércoles con la ética pública, con el compromiso y con los principios. Transfuguiar, borocotizar, esquivar la aplicación de Justicia y demás cuestiones son comunes en este especial matrimonio que, increíblemente, sigue formando parte de la vida política de nuestra provincia.
¿Tendremos más representantes de este tipo? ¿Serán los que nos merecemos? ¿Serán a los que nos parecemos?
En mi caso, prefiero que no.