Punto de Vista

Sra. Gobernadora, llegó la hora de su moral

29/07/2009
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<>por Fulvio Baschera

No puedo comenzar este Punto de Vista sin remitirme a las declaraciones que la Gobernadora formulara en oportunidad de las objeciones públicas que su Ministro de Gobierno recibiera en lo que al proceso de selección del miembro del Superior Tribunal de Justicia se refiere, cuando no se excusó de participar del mismo a pesar de estar alcanzado por un principio ético como lo es el hecho de ser socio de la hermana del candidato que él mismo votó. "La ética del Ministro no es la mía", disparó Ríos desde el lugar que pareciera ocupar en el pretendido Olimpo político fueguino.
Pareciera que empecinada en hacerla despertar, la realidad vuelve a cachetear la imagen política de la Gobernadora y presenta un nuevo hecho producido por el Dr. Guillermo Aramburu, en relación a su actitud en el seno del Consejo de la Magistratura.
Convirtiéndose a la postre en el principal confabulador contra de proceso de transparencia que con bombos y platillos anunció la administración Ríos, el representante del Ejecutivo ocultó, por segunda vez, información éticamente vital, tanto a sus pares como a la sociedad, y quiero creer que también a la Gobernadora al no informar que además de socio de la hermana el Padre del candidato había sido su asesor en la gestión.
Todo este desaguisado provocado por el propio representante del ejecutivo, sumado al desinterés político de la Gobernadora para subsanarlo tiene una única víctima, el propio candidato seleccionado por el Consejo de la Magistratura. La falta de "sincronismo moral" existente entre Ríos y sus ministros ha puesto en el tapete una figura que a la luz de los antecedentes se presenta intachable como es la del Dr. Muchnik, quien con un historial judicial impecable y sin haber registrado objeción alguna se transformó en el candidato seleccionado para ocupar el Máximo Tribunal. No hay ley que prohíba que la hermana de Muchnik sea socia de nadie, ni de que el progenitor de este trabaje para nadie en particular. Sí existió en la plataforma política del partido en el gobierno incesantes referencias y compromisos de fortalecer las instituciones transparentando los actos de gobierno. Lo que ha venido ocurriendo es un ejemplo contundente de violación de contrato. Como tantos otros gobernantes, Ríos parece haber prometido cuestiones que no está dispuesta a hacer cumplir.
Insistiendo en que la excusación por parte de Aramburu era el camino indicado, hoy podría decir que hubiese alcanzado con que al menos no hubiera mantenido en secreto detalles éticamente observables.
Señora Gobernadora, parece haber llegado la hora de hacer prevalecer su propia ética y que, de ahora en más, ésa sea la que marque el camino por el que sus colaboradores deberán transitar. ¿O usted estaba enterada de lo que ocultó su Ministro?

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