Opinión - Venta de gas de regalías y la impronta geopolítica

La maldición de los recursos naturales

13/11/2009
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Por: Alejandro Bertotto
 
 
La geopolítica, que sin ser una ciencia, sí se destaca como una disciplina, ha estudiado este tipo de circunstancias en el escenario mundial, sellándose de esta forma un axioma –aceptado unívocamente por los estudiosos del tema– que refiere a "la maldición de los recursos naturales", como degradador de los Estados que sin tener un desarrollo económico armónico, poseen en su territorio este tipo de riquezas.
Muchas veces los argentinos nos cuestionamos cómo puede ser que nuestro país, bendecido por su multiplicidad de climas, la generosidad de sus tierras y la enorme calidad de sus regiones geográficas y facilidades como receptora turística y esencialmente por la privilegiada disponibilidad de recursos naturales de todo tipo, puede no salir de un estado permanente de crisis y no convertir esas ventajas en una clara mejora de la calidad de vida de sus habitantes.
Lo cierto, analizando la historia reciente de la humanidad, es que ya desde el Siglo XIX, el mundo fue dominado (globalmente) por los poderosos de la época (Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania, etc.), que por ser "Estados Nacionales Industrializados" (ENI), imponían a la comunidad internacional las reglas de juego. Esto fue elevando significativamente su injerencia en el Siglo XX cuando los ENI cedieron su lugar a los Estados Continentales Industrializados (ECI), iniciándose una situación mundial bipolar encarnada en las dos grandes potencias continentales (USA y URSS), hasta la caída del muro de Berlín en la que ese mundo bipolar dio paso a la aparición de China e India como nuevos ECI con creciente injerencia en el concierto económico internacional.
Mientras esto sucedía en el mundo, Europa hacía los esfuerzos necesarios para no perder vigencia en los nuevos circuitos de poder, relativizando el concepto de Estado Nación para sumergirse en una alianza continental enmarcada en el Mercado Común Europeo.
Hoy Unión Europea, en el intento de que "continentalizándose" no ser desplazado definitivamente por los ECI. A todo esto Latinoamérica y África siempre mantuvieron su perfil de Estado Ciudad y/o Estado Agrario limitando su accionar a la provisión de materia prima y últimamente proveedores de sus recursos naturales, sin participar en ningún concepto de las decisiones trascendentes del poder mundial. Sino tal vez, influir excepcionalmente a través de algún país poderoso "amigo", convirtiéndose en Islas Mundiales.
Hecha esta introducción y antes de analizar la eventual evolución de la situación geopolítica del Siglo XXI, quiero definir sintéticamente el axioma que motiva este título, "la maldición de los recursos naturales", ya que en esto mismo se encuentra justificación a lo que hoy nos ocurre a los fueguinos con el conocido "Convenio Chino". Sabido es que los países más industrializados ya sea durante el período de los ENI o los ECI, se han abastecido históricamente de los recursos de los estados ciudad o agrarios y para ello han puesto al servicio de sus economías sus estrategias y de ser necesario también sus fuerzas armadas.
Pero, para que esto haya sido posible, ha sido necesario que los "dueños" de esos recursos estén administrados por gobiernos con una marcada dependencia económica, corrupción administrativa y si fuera necesario enfrentamientos sociales graves (hasta llegar a guerras civiles) que permitan a los "negociadores" de los poderosos obtener la mercancía al precio y de la forma que a ellos les fuera conveniente (Diamantes de Sud África; la guerra del gas en Bolivia). Sin dudas la Argentina ha dado claramente con esas condiciones pero, para consumar con solidez la "obtención de los recursos" por parte de los estados dominantes, es necesario contar con una clase dirigente local permeable a las condiciones del "comprador".
Para el control de los recursos naturales debemos analizar no sólo los factores externos, sino que principalmente los factores internos. Debe existir un nexo entre el factor externo y el factor interno y para ello, ese vínculo debe desarrollarse en las elites que concentran las riquezas locales y fundamentalmente las decisiones institucionales, desde dentro o fuera del gobierno. La vinculación entre las elites predominantes locales y los factores externos dan ciertamente un resultado: EL SAQUEO.
No siempre es forzosa la utilización de fuerzas militares para que los estados dominantes obtengan sus objetivos (Guerra del Golfo), es más, por lo general ese proceder es excepcional, lo normal es que se cuente con el beneplácito de las elites locales para la concreción de esos objetivos, y, para ello, a estas elites se les asegura protección, extensión de beneficios y se les somete a una presión suficiente como para que la elite ceda la explotación de los recursos naturales.
Recordemos entonces que la dependencia económica de la Provincia es extrema, como también que la corrupción ha inundado de larvas la administración local y la convulsión social viene siendo un hecho notorio y permanente (a veces inducida desde el propio gobierno) de nuestra realidad cotidiana. Es decir están dadas las condiciones exigidas por el axioma, y por otro lado las elites locales requieren protección de los poderosos, extensión de beneficios y están sometidas a la presión que conlleva a la "entrega".
Lo hasta aquí descripto daría sustento a lo que ocurrido en TDF en el año 2006, con la ley de creación de ReNaSA, y si estuviésemos desprevenidos no encontraríamos demasiado sustento a la situación actual enmarcada en el convenio chino, pero, ahora quiero retomar lo mencionado en la introducción ya que entrados al Siglo XXI, los actores geopolíticos mundiales van re alineándose y se van incorporando nuevos actores que, aún con ideologías opuestas, utilizan los mismos procedimientos para consolidar el axioma de "la maldición de los recursos naturales".
Para el Siglo XXI, los estudios geopolíticos ven crecer una desoccidentalización del poder, agregándose nuevas potencias a la construcción de un "Sistema Multipolar" en el que se perfila como ECI predominante a la República Popular China e iniciando un camino de gran influencia internacional la República Federativa del Brasil (esto lo analizaremos en otra oportunidad), constituyéndose este país sudamericano en un nuevo ECI, con el consiguiente desplazamiento sub continental de la Argentina.
Este sistema multipolar hará que algunos de los principales puntos de conflicto actuales (Hidrocarburos–Golfo Pérsico–Occidente USA Gran Bretaña) se vean desplazados geográficamente y en sus actores principales (Hidrocarburos–Siberia–Rusia y China), con una gran influencia de las ideologías y necesidades de los nuevos actores.
Es aquí donde nuestra situación actual como provincia nos posiciona en un lugar similar a las viejas "entregas" (elites conservadoras con estados occidentales) mudando a nuevos saqueos, protagonizados por nuevos actores con renovadas ideologías pero manteniendo las viejas artimañas del poder para sostener el axioma de "la maldición de los recursos naturales". El Convenio Chino y el embrionario desembarco de Rusia en áreas energéticas son el inicio de este camino emprendido por el gobierno neo-socialista que administra nuestra provincia.
Lo importante será entonces –como sociedad–, definir a tiempo a dónde queremos ir, y no, que nos lleven sin consultarnos a donde nadie pidió ir.
Los recursos naturales deben ser garantía y herramienta del desarrollo del Pueblo y no moneda de cambio del gobierno de turno. Nada diferencia ReNaSA con el Convenio Chino, salvo sus actores claro, pues está a la vista que nos administra una nueva elite local, con otra ideología pero los mismos vicios, procederes y carencias que las anteriores.
 
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