N
i detención, ni desafuero, ni nada que se le parezca. La jueza penal María Cristina Barrionuevo jamás evaluó dictar la prisión preventiva del legislador del Movimiento Obrero Luis del Valle Velázquez, procesado en doble instancia por el homicidio preterintencional del bebé Aron Mateo Cano, de 7 meses de edad. Y por consiguiente nunca se analizó tampoco la posibilidad de pedirle a la Legislatura el desafuero del funcionario, trámite que hubiera hecho falta para concretar una hipotética aprehensión del dirigente camionero.
La versión que corrió con fuerza ayer, tanto en Ushuaia como en Río Grande, obligó a una serie de consultas que despejaron por completo las dudas, y que sitúan al caso más cerca de su posible elevación a juicio que de cualquier otra instancia anterior.
El dato que desencadenó los rumores fue la llegada a la provincia del informe histopatológico realizado por el Laboratorio Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, cuyas principales conclusiones adelantó el lunes el portal Reporte Austral y publicó ayer EDFM.
La pericia complicó la situación de Velázquez al confirmar que las lesiones cerebrales que presentaba el bebé y que le causaron la muerte, fueron producidas entre 12 y 24 horas antes del deceso, y son compatibles con un zamarreo brusco. Con ello se avala la hipótesis de la jueza Barrionuevo en el auto de procesamiento, donde acusó al legislador de haber sacudido bruscamente al niño porque lloraba, mientras su madre, Pamela Cano, se daba una ducha en el baño de la habitación 7 del Hotel Choconcito donde las tres personas pernoctaron la noche del 6 de octubre de 2010.
Pero el informe pericial de cuatro páginas fechado en Buenos Aires el 19 de abril de este año, no generó que se modificara la calificación de “homicidio preterintencional” bajo la cual se ha encuadrado el hecho hasta el momento.
Al tratarse de un delito excarcelable, Velázquez seguirá en libertad mientras el caso continúa sustanciándose, y por lo tanto no habrá pedidos de desafuero al Parlamento.
Es cierto que la posibilidad de recalificar el episodio como un “homicidio simple” (no excarcelable), fue deslizada en el escrito de apelación del procesamiento por la fiscal Karina Echazú. Pero la Cámara de Apelaciones de la Provincia, al confirmar el pronunciamiento de primera instancia el mes pasado, mantuvo la misma figura con la salvedad de que se aguardaba el resultado de las pericias pendientes.
Según fuentes judiciales consultadas por este medio, si el informe pericial representa algún cambio de circunstancia para el Ministerio Público, debería efectuar un nuevo requerimiento de instrucción por presunto homicidio simple, lo que hasta ayer no había acontecido. También podría hacerlo de oficio la jueza Barrionuevo, y tampoco lo había hecho.
Otra posibilidad es que agotada la etapa de instrucción, cuando la fiscal requiera la elevación a juicio de las actuaciones, en ese acto solicite la recalificación, pero difícilmente ello sea tratado antes del correspondiente proceso oral.
Por otra parte, teniendo en cuenta los tiempos procesales, el hecho de que la investigación aún tiene algunas medidas pendientes (como por ejemplo una pericia toxicológica) y la nutrida agenda del Tribunal Oral en lo Criminal de Ushuaia, es probable que el juicio (sin personas detenidas) no se lleve a cabo sino hasta dentro de uno o dos años.
El informe pericial
El informe histopatológico realizado por profesionales de la Corte Suprema de Justicia concluyó que las lesiones vitales sufridas por el bebé de siete meses poseen una data de “aproximadamente 12 a 24 horas” antes de la muerte del pequeño.
El examen también menciona lesiones más leves en ambas orejas que “presentan caracteres evolutivos similares y con un tiempo de producción de más de 72 horas”.
En relación con el tipo de traumatismo sufrido por el niño, el informe señala un “trauma de cráneo por doble mecanismo, pacto directo (contusiones) y movimiento de aceleración y desaceleración de la cabeza (sacudimiento)”.
La pericia menciona además la existencia de “hemorragias retinarias”, que según los expertos son compatibles con el denominado Síndrome del bebé sacudido (Shaken Baby Syndrome, SBS, por sus siglas en inglés). Y agrega que esas lesiones forman parte de la “constelación lesional descripta” por lo que “se descarta” que hayan sido producidas por algún otro evento no traumático.