Cadena perpetua para Marcos Díaz y Miguel Ángel Gómez
Juicio por asesinato

Cadena perpetua para Marcos Díaz y Miguel Ángel Gómez

30/06/2011
E
l Tribunal Oral en lo Criminal de Ushuaia condenó ayer a prisión perpetua a los dos acusados de cometer el crimen del almacenero Daniel Santa Cruz, ocurrido en el barrio Kaupén el 18 de julio del año pasado.
La pena recayó sobre Marcos Fernando Díaz, de 26 años, y Norberto Miguel Ángel Gómez, apodado Tucu, de 27, a quienes la Justicia encontró culpables de haber acuchillado a la víctima durante un asalto al comercio.
Los jueces Alejandro Pagano Zavalía, Roberto Magraner y Maximiliano García Arpón encontraron a Díaz y a Gómez como coautores penalmente responsables de los delitos de “robo agravado por el uso de arma en concurso real con homicidio criminis causae”. Gómez fue declarado reincidente porque acumulaba sanciones por delitos anteriores (lesiones, robo y rapto de un menor) según se pudo conocer en la audiencia.
La condena de ayer coincidió con la solicitada por la fiscal Karina Echazú durante la etapa de alegatos del juicio que concluyó ayer, mientras que las defensas públicas de los involucrados, ejercidas por Alejandra Bastida y Gustavo Ariznabarreta, habían requerido la absolución por falta de pruebas.
El veredicto fue leído en el salón de la Escuela Judicial, dentro del edificio de tribunales de Monte Gallinero, pasadas las 16.30, y fue seguido de cerca tanto por familiares de la víctima como de los acusados, en el medio de un fuerte operativo de seguridad.
Los parientes de Santa Cruz se mostraron aliviados por la sentencia y coincidieron en que “se hizo justicia”.
Según trascendió, los fundamentos de la resolución judicial se darán a conocer el próximo jueves a las 20, y desde entonces regirán los plazos para la eventual presentación de un recurso de casación ante el Superior Tribunal de Justicia, única vía recursiva que le queda a la defensa para que el caso no quede firme.

Las audiencias

El juicio había comenzado el martes 28 a las 10. Ese día, tanto Díaz –nacido en Trelew, padre de un hijo de 6 años– como Gómez –tucumano, padre de dos hijos – se negaron en primera instancia a prestar declaración indagatoria, pero más avanzada la jornada hablaron e intentaron desvincularse del caso.
Díaz dijo que tras bajar de su casa en el barrio El Escondido se separó de Gómez “en la escalera de Karukinka”, fue a esperar un taxi en la calle Alem y como no encontró ninguno regresó a la casa del hermano de Gómez porque se había olvidado la campera y un celular.
Gómez también negó haber estado en el interior del almacén de la calle Hol Hol 1983 donde fue cometido el hecho.
Esa jornada también declararon varios testigos, entre ellos el hombre que hablaba por teléfono en una cabina ubicada dentro del comercio cuando ocurrió el crimen, un taxista que vio a los sospechosos bajando del barrio, y otro hombre que escuchó a uno de ellos jactarse de haber “acuchillado al flaco”. También declaró el hermano de la víctima.
Los jueces también reprodujeron los videos de seguridad de la empresa Magui Mar, en donde se ve a los imputados bajando del barrio (Gómez con un palo en la mano) y después a ambos saliendo de la casa del hermano de Díaz en direcciones opuestas.
La audiencia se retomó ayer con los alegatos de la fiscalía y la defensa, circunstancia que tuvo entre los puntos de confrontación el resultado de una prueba de ADN, según la cual, la sangre de Santa Cruz es la misma que se encontró en una zapatilla de Gómez durante un allanamiento. Para la defensa, esa conclusión no estaba fundamentada en el informe genético. Por eso pidieron la nulidad de la pericia de ADN y sostuvieron que se habían descartado otras teorías para investigar únicamente a los acusados.
Según la acusación promovida por Echazú, los sospechosos concurrieron al almacén para robar. Sustrajeron allí una “cantidad indeterminada” de dinero y ante la resistencia que ofreció, terminaron matando al comerciante que atendía solo el local y que sufrió múltiples heridas con un cuchillo de grandes dimensiones.
Daniel Santa Cruz era almacenero y practicaba artes marciales. Las pericias indican que se defendió ante el ataque. Su hija Sofía nació el 26 de octubre de 2010, tres meses después de su muerte. (Informe: Roxana Muriel.)
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