Ranking de esgrima

Esgrimistas ushuaienses en el seleccionado nacional

17/04/2012
L
a tercera jornada puntuable del Ranking Nacional tuvo lugar el pasado sábado en las instalaciones del CENARD, en Buenos Aires. Participaron exponentes de las categorías Infantil, Cadetes y Juvenil.
Seleccionados por la Federación Fueguina de Esgrima (F.E.F.) viajaron a tomar parte de esta última fecha, tres promisorios valores surgidos de las filas de la Asociación local, que ya venían compitiendo en el circuito de pruebas de Ranking Nacional, con grandes posibilidades de clasificar en los primeros lugares, con el fin de formar parte del Seleccionado Nacional que nos representará en el próximo Campeonato Sudamericano de Menores, a llevarse a cabo del 11 al 15 de mayo en Montevideo, República Oriental del Uruguay.
Los sueños son el gran motor que impulsa al deportista. Si estos sueños se vivencian y se alimentan a diario, al calor del fuego de la llama sagrada del más puro amor por el deporte; tarde o temprano, terminan tomando forma en mente y cuerpo, fusionándose con el espíritu. Se transforman en los grandes movilizadores y motivadores, que impulsan al deportista a poner todo de sí, desarrollando en esta acción, la actitud, la voluntad y la confianza necesarias para conquistar al Dios esquivo del éxito.
Los chicos fueguinos saben de esto, templados en el esfuerzo, en las dificultades de toda índole, obligados a enfrentar, cuando asumen la responsabilidad de ingresar a un circuito de competiciones, que los llevará cuatro o más veces fuera de sus hogares durante el año, con el esencial aporte económico conseguido solo a través de un enorme esfuerzo económico de sus padres y amigos, con la lucha continua por los inconvenientes que genera el hecho de no tener rápido acceso al material indispensable para la práctica, lejos de los grandes Maestros (todos viven y enseñan en las grandes ciudades), privados por la gran distancia de la posibilidad de fácil acceso a la cantidad mínima recomendable de competiciones de nivel, y en la desventaja cierta que estas circunstancias representan; y que luego pesan cual lastre cargado cuesta arriba, a través del empinado y difícil camino de la competencia nacional. Por todo esto, cuando avizoran que el objetivo soñado puede estar al alcance de sus manos, forjados en el crisol del esfuerzo constante, sacan fuerzas de flaquezas, valor de los propios miedos y excelencias exprimidas al máximo, de las limitaciones mismas.
La Delegación estaba formada por Athina González Ciavarella (12 años); Lucas Espinoza (16 años) y Erik Varas (13 años). En la oportunidad, viajaron acompañados solo de un mayor: Gustavo González, que en su calidad de padre ayudaba, y colaboraba en todo lo que iba siendo necesario para que esta gesta deportiva pudiera concretarse.
Debía repartir su tiempo, tratando lo imposible que es atender a 3 tiradores al mismo tiempo, y oficiando de padre, acompañante, consejero, psicólogo, representante técnico y por qué no decirlo, de aguatero, asistente y un sinnúmero más de funciones, que no se ven pero que, sin las cuales, los chicos no tienen la posibilidad de competir.
Esta vez sin Maestro ni Entrenador que los pudiera acompañar, enfrentaron valientemente y en solitario, todas las vicisitudes que presenta un torneo de esta jerarquía.
Contaban que, en los lapsos de descansos entre asaltos, muchas veces observaban como a su rival los asistía su Entrenador y su Maestro de Armas, dándoles las indicaciones y directivas técnicas que les permitiese afrontar con más eficiencia el resto del match, mientras que ellos, despojados de esta posibilidad, se quedaban escuchando, solos con su almita, en la punta de la pedana, aferrados a su toallita y su botellita de agua, tratando de “pescar” algo de las indicaciones que le daban al rival en el otro extremo, para luego poder usar esta misma información al revés, tratando de transformarla a su favor.
Estas pequeñas cosas que en el deporte adulto resultan tan comunes para los deportistas del interior (y por sobre todo para los deportistas fueguinos), en chicos tiene una impronta y un sentimiento, de un grado de impacto mucho mayor. De ahí que consideremos que este logro tiene este tipo tan especial de aditivos que lo tornan aún más digno de mérito.
Comenzó Athina en Florete Femenino Infantil, quien luego de 3 victorias en los match de pooles, pasó el cuadro de eliminación, llegando a semifinales y coronando un valioso 3° puesto que le dio el Bronce y, por sumatoria de puntos, de fechas rankeables anteriores, el pase para integrar el Seleccionado Nacional de su categoría.
Luego, en el turno de Espada Masculina Cadetes, Lucas Espinoza con un impecable desempeño en las pooles, ganando todos los match, entró en cuadros de eliminación y también logró llegar a semifinales, consiguiendo un 3° Puesto que le otorgó el puntaje (promediado con las fechas anteriores) necesario para quedar Rankeado N° 1 en su categoría y como consecuencia el pase para integrar también el seleccionad Nacional de Cadetes.
Por último, Erik Varas en una larga y extenuante jornada, en la cual tanto las pooles como los cuadros de eliminación se iban dando de manera muy dificultosa, fue escalando, superando obstáculos, como guiado por la mano de un destino predeterminado, hasta llegar a la final, alzándose con una contundente victoria sobre su oponente en vibrante final, que lo catapultó a lo más alto del podio, consiguiendo un Oro que a la hora del recuento final, inclinó la balanza netamente a su favor, consagrándose número 1 en el Ranking y pasando a ocupar esta misma posición dentro del seleccionado Nacional de su arma y categoría.
Un día memorable para la Esgrima Fueguina y el Deporte Provincial; tres participantes fueguinos en competencia, los tres hacen podio y los tres obtienen la respectiva y privilegiado plaza en el Seleccionado Nacional.
Solo resta esperar ahora al 10 de mayo, fecha en la que 6 jóvenes valores de la Esgrima Fueguina, viajarán a representar a su país y a su provincia, en las Categorías Pre– Infantiles, Infantiles y Cadetes en las armas de Florete y Espada, tratando de volcar sobre pedanas de tierra charrúa, todo el conocimiento, la garra y el espíritu combativo, sin dejar de lado la caballerosidad, la amabilidad, el respeto y la honestidad hacia el contrincante de turno y hacia el resto de los competidores, que, tanto sus profesores, como así también los propios padres, se esfuerzan por inculcarles para su bien y el de la comunidad fueguina.
Etiquetas