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José Luis Fernández *
“Los pueblos que olvidan sus tradiciones pierden la conciencia de sus destinos, y los que se apoyan sobre tumbas gloriosas son los que mejor preparan el porvenir” (Nicolás Avellaneda).
El 10 de febrero de 1824 el general José de San Martín, acompañado de su hija Mercedes, se embarcó en el puerto de Buenos Aires en el navío “Le Bayonnais” rumbo a Francia. Dos meses más tarde, la nave arribó a su destino.
La presencia de San Martín despertó sospechas y múltiples consultas entre las autoridades francesas. Sus papeles fueron incautados y revisados, pues sus antecedentes revolucionarios y republicanos le hacían persona no grata al régimen monárquico imperante.
El 4 de mayo San Martín y su hija decidieron trasladarse a Inglaterra. Cuando arribaron a Londres lo primero que hizo fue poner a la niña bajo la tutela de la esposa del comodoro Peter Heywood, marino inglés que había comandado la estación naval en el Rio de la Plata. Al mismo tiempo que la inscribía en el Hampstead Collage, un reconocido pensionado de señoritas.
El Libertador ocupó en Londres uno de los pisos de la casa ubicada en el número 23 de Park Road, frente a Regent Park. Se encontró con su antiguo compañero de armas de la guerra de independencia, James Duff, conde de Fife, quien lo introdujo a la alta sociedad.
Por aquellos días, residía en la ciudad el ex Emperador de México, Agustín Iturbide, quien no perdió la oportunidad de reunirse con San Martín. El Libertador trato de hacerle comprender a Iturbide los trastornos, la guerra civil y los males que derivaría su retorno a México. Pero igual regresó con el objetivo de derrocar al régimen del general Guadalupe Victoria, siendo capturado y fusilado en Padilla el 9 de julio de 1824.(1)
Poco tiempo después San Martín se traslado a Bélgica, porque era un lugar barato y por su inclinación a vivir fuera de las grandes capitales. Cumpliendo con este propósito ocupó una casa a las afueras de Bruselas y allí fue acompañarlo su hermano, Justo Rufino, ya retirado del ejército.
En agosto de 1825, San Martín realiza un nuevo viaje a Londres y regresó con Mercedes que continuó sus estudios en un Colegio de Bruselas.
Cuando el Libertador conoce la noticia de la paz con Brasil, resuelve viajar a Buenos Aires, pero no desembarco después de enterrase del estallido de la guerra civil. Pasó a Montevideo, allí fue agasajado y recibido con todos los honores por los uruguayos. Después de dos meses regresa nuevamente a Bruselas.
En agosto de 1830 estallaron los movimientos revolucionarios que buscan la independencia de Bélgica. Se sabe que los belgas ofrecieron a San Martín el mando de sus tropas, honor que agradeció, pero también rechazó.
Hacia finales de 1830, José de San Martín y su hija se trasladan a Francia; en cambio, su hermano Rufino regresa a España, donde fallecerá poco tiempo después. El general recibió a Mariano Balcarce, joven diplomático que prestaba servicios en legación argentina en Londres, quien se casaría el 13 de diciembre de 1832 con su hija.
San Martín pudo adquirir una finca en localidad de Grand–Bourg, el 25 de abril de 1834.En ese lugar pasó los mejores momentos junto a su hija, su yerno y sus nietas María Mercedes y Josefa Domínguez. En 1842 falleció su amigo Alejandro María Aguado, marqués de las Marismas de Guadalquivir y lo nombró primer ejecutor testamentario y tutor de sus hijos, dejándole como herencia, sus joyas, medallas y una suma de treinta mil francos.
En su viaje por Nápoles el general se enteró del bloqueo anglo–francés en Rio de la Plata. Fue entonces cuando el cónsul argentino en Londres, Federico Dickson, le pidió su versión sobre el ataque efectuado a su patria. Por eso envió una minuciosa crítica a este abuso de los fuertes. La carta fue publicada en el Morning Chonicle y causó hondo impacto en gabinete británico.
El Libertador casi ciego, escribió, por manos de sus hija un alegato en que ampliaba los argumentos asentados en su carta al gobierno británico, y puntualizaba la injustica y la inutilidad del bloqueo (23 de diciembre de 1849). Esta nota fue leída en el Parlamento francés por el ministro Bouther.(2)
Frente a la actitud del gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, a la agresión de las potencias europeas, en su testamento el Libertador estipula “el sable que me ha acompañado en toda la guerra de la independencia de la América del Sud, le será entregado al General de la República Argentina don Juan Manuel de Rosas, como una prueba a su satisfacción que como argentino he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla”.
En el año 1848, los republicanos franceses pusieron fin al reinado de Luis Felipe de Orleans e inauguraron la II República, esto trajo consigo una serie de desordenes que llevaron a San Martín a vender su casa en Grand Bourg y se traslado con su familia a Boulogne–sur–Mer.
El 17 de agosto de 1850 San Martín comenzó a sentirse mal, se encontraba en la cama de su hija. Pero con las pocas fuerzas que le quedaban dijo sus últimas palabras “Mariano a mi cuarto”. A las 3 de la tarde el reloj se detuvo, el Padre de la Patria había pasado a la inmortalidad.
* José Luis Fernández es Profesor de Historia, posee un postítulo de “Historia Política de América Latina”.
1 - Spence, Robertson William. “Entrevista de San Martín con Iturbide”. En “San Martín. Homenaje de la Academia Nacional de la Historia en el centenario de su muerte (1850–1950). Tomo I”. Bs. As., 1951. P.211.
2 - Museo Histórico Nacional. “San Martín. Su correspondencia 1823–1850”. Madrid, 1910. Pp. 328–329.