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ediante una gacetilla emitida por la Secretaría de Comunicación Institucional titulada “Star Princess: empresa operadora negó que el crucero haya emitido el himno inglés”, el Gobierno provincial dio por “agotada” la discusión en torno a si el crucero turístico Star Princess emitió o no el himno inglés durante su permanencia en el Puerto de Ushuaia el pasado 4 de marzo.
La información oficial menciona que “la empresa Navalia, operadora marítima en Ushuaia del buque Star Princess, ratificó al Gobierno provincial a través de una nota firmada por su gerente de operaciones, que tras ‘haber consultado con el comando del buque y con el armador, ningún tipo de música ha sido reproducida por el buque durante su estadía y zarpe el día 4 de marzo de este año’”.
Ante ello, el ministro de Gobierno, Gustavo Zanone, explicó que “pedimos explicaciones a la empresa responsable” ante la denuncia de algunas agrupaciones sociales de que por los altoparlantes del crucero Star Princess se había difundido el himno británico “God save the Queen” (Dios salve a la Reina) durante el amarre en el Puerto de Ushuaia, en actitud provocadora.
“La empresa Navalia respondió mediante un documento firmado por su gerente de operaciones, por lo que a partir de esta aclaración del agente marítimo operador del buque”, reza el comunicado, por lo que Zanone consideró que “es un tema agotado”.
Cabe recordar que distintas organizaciones políticas, sociales y sindicales que se oponen al amarre del Star Princess denunciaron que el crucero emitió el himno inglés, lo que motivó que ayer se realizara un acto de desagravio frente al ingreso al puerto local, en el marco del cual se entonó el Himno nacional Argentino.
En ese contexto llama la atención que el Ministro de la gestión Ríos haya consultado solamente con la empresa –de la que el Ejecutivo terminó oficiando de vocero– y que paralelamente no haya tomado contacto con los denunciantes para hacerse con su versión de lo sucedido.
De esta manera, resulta al menos desprolijo que el funcionario haya emitido tan contundente sentencia sin contar con todos los elementos necesarios para hacerlo, salvo que haya considerado que bastaba con la palabra de la empresa operadora.