T
res de los cuatro imputados que comenzaron a ser juzgados ayer por el crimen de Claudio Prada, ocurrido en junio de 2009, se negaron a prestar declaración indagatoria, mientras que un cuarto acusado no se presentó a la primera jornada del segundo juicio oral y público del caso, por lo que fue declarado en rebeldía y se dictó su inmediata orden de captura.
Tanto Gustavo Ariel Farías, como su hermano Maximiliano Oscar Farías y Héctor Omar Caraffa, todos oriundos de la provincia de Santa Fe, decidieron no hablar ante el Tribunal Oral en lo Criminal de Ushuaia integrado por jueces subrogantes, luego de que el primer juicio realizado en 2010 fue dejado sin efecto por el Superior Tribunal de Justicia al constatarse irregularidades en la valoración de las pruebas.
Por su parte, Gustavo Adrián Zapata, quien en el momento de los hechos vivía en Ushuaia pero ahora se encontraba fuera de la provincia, no tomó el vuelo que debía trasladarlo hasta la ciudad para ser enjuiciado por su presunta vinculación con la causa.
De esta manera, los jueces Javier De Gamas Soler (juez de instrucción) Guillermo González (juez de Ejecución) y Felicitas Maiztegui Marcó (jueza Correccional) resolvieron declararlo en rebeldía y disponer su captura.
La primera audiencia del juicio se caracterizó también por un planteo realizado por las defensas de los acusados, sosteniendo que el fallo del STJ, dictado en 2011, no había anulado el primer proceso, sino que había ordenado la sustanciación de otro, lo que a criterio de los abogados viola el principio de que nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo hecho.
La exposición formulada por el jefe de defensores públicos Gustavo Ariznabarreta (defensor de Caraffa) y a la que adhirieron el defensor público Juan Carlos Assan (defensor de Maximiliano Farías) y Alejandro Berola (defensor de Gustavo Farías) fue finalmente rechazada por el Tribunal Oral. Los jueces entendieron que al sustanciar un nuevo juicio estaban cumpliendo con una orden firme emanada de un organismo superior.
Los defensores hicieron reserva de recurrir la decisión ante la instancia federal, pero el juicio continuó pasadas las 13.
Otra cuestión que se debatió en el recinto fue si al tener lugar un nuevo juicio, en el que además se incorporó otro acusado (Maximiliano Farías estaba prófugo en 2011, lo detuvieron y procesaron este año) podían incorporarse testimonios y pruebas que no habían formado parte del anterior proceso. Al respecto, los jueces resolvieron diferir una decisión hasta hoy, en que además comenzará la ronda de testimonios.
De un total de noventa testigos incluidos en el expediente, tanto el fiscal Mayor Guillermo Massimi, como la querella representada por Cristian Prada (hermano de la víctima) y los defensores acordaron un listado de 21 personas que deberán volver a declarar. En tanto, sobre uno de los testigos solicitados por la Fiscalía (y objetado por la defensa) resolverá el tribunal.
La presidenta de la audiencia, Felicitas Maiztegui Marcó, informó que la metodología de declaraciones incluirá a seis o siete testigos por jornada, comenzado por la primera prevista para hoy a las 11.
Declaraciones anteriores
Si bien no declararon en la audiencia de ayer, el Tribunal Oral dispuso la lectura de las declaraciones prestadas por Caraffa y Gustavo Farías durante la etapa de instrucción del caso.
En ese momento, Caraffa negó directamente haber estado en Tierra del Fuego en el momento del homicidio de Prada, a quien mataron de un disparo en la cabeza por un presunto ajuste de cuentas.
El acusado dijo que en junio de 2009 se encontraba en Santa Fe y que para demostrarlo podía exhibir constancias de su atención en un hospital público de esa ciudad a causa de una gastroenteritis.
Por su parte Farías sostuvo que efectivamente vino a Ushuaia junto con su hermano, y que el motivo del viaje fue esperar la llegada de un envío de drogas (marihuana) que iba a traer una tercera persona y que él iba a encargarse de comercializar porque tenía contactos en la ciudad, donde había residido años antes.
Dijo que la operación se frustró porque la droga nunca llegó a la provincia, y que luego de alquilar un vehículo y pasar unos días en la ciudad partieron a Río Grande para luego abordar un avión de regreso a Santa Fe.
Horario de la muerte
La clave que determinó la anulación del primer juzgamiento fue una nueva interpretación sobre el horario de muerte de la víctima. Según el Tribunal Oral en 2010, el fallecimiento se produjo después de las 18 del viernes 19 de junio de 2009. Y en esa fecha y hora, los acusados se encontraban ya en Río Grande, donde poco después abordaron un avión a Buenos Aires.
La Fiscalía y la querella sostienen, en cambio, que Prada murió antes de las 7 de la mañana de ese viernes, lo que ubica a los sospechosos en Ushuaia, donde se produjo el crimen.
La controversia fue alimentada por el grado de imprecisión que arrojó el informe de autopsia, realizado por el perito Carlos Alegre Gervasoni. Después de una serie de cavilaciones, Gervasoni ubicó el horario de la muerte entre las 9.45 del 15 de junio y las 9.45 del 21 de junio (o sea en un período de seis días).