Laura Alonso, subsecretaria de Políticas Públicas Universitarias de la Nación
P
ara la subsecretaria de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación, Laura Alonso, la universidad pública “está pasando por una etapa histórica e importantísima” que también abarca a “toda la actividad científica y tecnológica del país”. Sostuvo que “por primera vez en muchos años el país reconoce la importancia estratégica que tiene este sector para el desarrollo pleno de la sociedad”. Y aseveró que “nuestras casas de estudio son reconocidas a nivel regional y mundial, y nuestros graduados son muy requeridos en el mundo”.
-¿Cómo evalúa la evolución de este proceso que apunta a incentivar carreras vinculadas a la producción y al desarrollo?
-No es un hecho aislado darle tanto incentivo a la actividad científica, al desarrollo tecnológico y a la generación de conocimiento, si no que está atado a una decisión política de generar el desarrollo del país a partir de la industrialización. Por supuesto que esto trae un montón de necesidades asociadas a formar profesionales en carreras estratégicas y a impulsar algunas ciencias vinculadas a las básicas y a las naturales, que tienen un impacto directo en la posibilidad de desarrollar tecnología. El resultado final es el crecimiento de la industrialización y la generación de fuentes de trabajo, incluyendo a más personas.
-En el caso de Tierra del Fuego, ¿esto puede ligarse directamente a otra política de Estado como es el proceso de sustitución de importaciones?
-Exacto, regionalmente cada universidad está generando determinadas carreras y ofertas vinculadas al desarrollo local y productivo de cada zona. Por ejemplo, la nacionalización de YPF fue clave en ese sentido, ya que rápidamente nos pusimos a trabajar junto a la empresa y junto a la Fundación YPF en lo que tiene que ver con la generación de conocimientos y de nuevas ofertas académicas, que puedan ir formando los perfiles necesarios para ir incorporando profesionales no solo a la empresa si no a toda una cadena de valor conformada por las empresas vinculadas a YPF.
-¿Cómo evalúa la realidad de la universidad pública?
-Está pasando por una etapa histórica e importantísima que también se extiende a toda la actividad científica y tecnológica del país, porque por primera vez en muchos años el país reconoce la importancia estratégica que tiene este sector para el desarrollo pleno de la sociedad.
-¿Y cuál es la respuesta de la matrícula a esta iniciativa?
-Había carreras tradicionales que estaban muy arraigadas como las de contador, Abogacía o Medicina, y ahora estamos en un nuevo proceso que es muy largo y que no se da de la noche a la mañana. No obstante, vemos más chicos eligiendo carreras vinculadas al desarrollo porque empiezan a palpar que hay una posibilidad cierta de inserción laboral y que tienen un futuro eligiendo determinadas profesiones.
-Este cambio cultural, ¿generó algún tipo de rechazo?
-Para nada, en nuestro país el ingreso a las universidades públicas es libre, gratuito e irrestricto, por lo que independientemente del aliento particular que el Estado pueda poner sobre algunas carreras todo aquél que quiera estudiar otra cosa puede hacerlo. No se perjudica a ninguna otra disciplina ni a ninguna casa de altos estudios. Hay un aliento claro en un sentido pero también existe la libertad de que cada uno puede optar por la carrera que quiera.
-¿Cómo define el nivel de la universidad pública?
-Muy bueno y muy alto. La universidad pública resistió los embates y las crisis del neoliberalismo, resistió el desfinanciamiento, y hoy nuestras casas de estudio son reconocidas a nivel regional y mundial, y nuestros graduados son muy requeridos en el mundo. Además hay una política de repatriación de científicos, que es recurso humano formado en el país y que fue requerido por otros países cuando acá se lo mandaba a lavar los platos. Hoy estamos en un proceso de recuperación de esa inversión que hizo el conjunto del pueblo argentino para formar a esos compatriotas que, en un determinado momento, no tuvieron posibilidad de desarrollo. Ahora se les abren las puertas para que vuelvan a ejercer su profesión en el país.
Entrega de becas
El viernes pasado Alonso participó en la entrega, en Ushuaia, de 32 becas para alumnos fueguinos que estudian en la Universidad Tecnológica Nacional (Río Grande), en la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, y en universidades del resto del país.
Al respecto, explicó que “tenemos dos líneas de becas”, una de las cuales es el Programa Nacional de Becas Universitarias “que pertenece a la línea de becas históricas y que este año las aumentamos un 20%”. Las mismas “alcanzan a los 3.600 pesos anuales que se pagan en 10 cuotas de 360 pesos”. “Después está la línea de Becas Bicentenario, que son de 6.000 pesos que se pagan en 10 cuotas de 600”, precisó, y apuntó que la diferencia entre una y otra es que la línea Bicentenario “fue lanzada hace unos años por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con el objetivo de alentar a los jóvenes a estudiar carreras consideradas prioritarias y vinculadas con el desarrollo económico y productivo del país”.
Asimismo, resaltó que “están vigentes arriba de 45.000 becas en todo el país y todos los años el programa viene incrementando su presupuesto. El Bicentenario prevé un incremento de la beca a medida de que los chicos avanzan en la carrera y este año hubo una tasa mayor de renovantes, lo que implica que la beca está empezando a tener sus resultados ya que retiene a los chicos en su carrera y promueve su graduación”.
Alonso enfatizó que “estos programas se enmarcan en una política integral de promoción y fortalecimiento de la educación superior, que además está acompañada por la creación de nueve universidades en todo el país, una de las cuales es la de Tierra del Fuego”.
“Además, estamos trabajando en la inclusión en la universidad de personas con capacidades diferentes; ya hicimos el primer relevamiento de estudiantes con capacidades diferentes y estamos entregando las computadoras que corresponden a 1.062 jóvenes que respondieron al relevamiento. Esas computadoras tienen un software adaptado que colabora con sus estudios. Actualmente está abierto el segundo relevamiento, que concluye el 30 de agosto, en el que está incluido Tierra del Fuego”, cerró.
Balance positivo para la UNTDF
Alonso resaltó el proceso de creación y puesta en marcha de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, y en ese sentido apuntó que “el balance es positivo”.
Hizo hincapié en que “las autoridades de la universidad nos decían que había alrededor de 1.700 jóvenes inscriptos en las distintas carreras, es decir que son 1.700 jóvenes que no van a tener que migrar de su lugar de origen y que una vez formados seguramente van a agregar valor en los sectores en los que se inserten”.
En función de ello aseveró que “para nosotros es altamente positiva la inversión que se está haciendo en la creación y sostenimiento de la Universidad de Tierra del Fuego, y de las nuevas universidades que se abrieron a lo largo de estos años”.
No obstante, advirtió la necesidad de que los Estados provincial y municipal, y el sector privado, se involucren en el proceso: “Es clave la articulación; lo planteó la Presidenta y estamos absolutamente convencidos de que la sinergia y el trabajo conjunto entre los distintos niveles del Estado y los otros actores de la sociedad va a permitir mejorar y optimizar los esfuerzos que estamos haciendo”.
En esa línea, Alonso estimó que “los graduados que genere la universidad fueguina seguramente volcarán sus conocimientos en emprendimientos que se desarrollen en la isla, y otros más vinculados a las ciencias sociales se podrán vincular a las gestiones gubernamentales” y aportar para su optimización. |