ste día, una escuadra de aviones Súper Etendard ataca y hunde al destructor inglés Sheffield, en los combates inaugurales de la Guerra de Malvinas. Fue el primer barco perdido por los británicos desde la Segunda Guerra Mundial.
El navío formaba parte de la Task Force que participaba del enfrentamiento bélico con Argentina, con el propósito de desalojar a las tropas que habían recuperado el archipiélago y reinstalar el dominio británico impuesto de facto en 1833.
El Sheffield fue alcanzado por un misil Exocet disparado por una aeronave de la Armada Argentina y se hundió en el Atlántico, al sureste de las Malvinas, seis días después, cuando era remolcado hacia el Reino Unido con graves daños.
La oficialidad británica había identificado al misil cinco segundos antes del impacto. Pero la alarma lanzada no pudo desplegar las medidas defensivas previstas para la ocasión.
El avión argentino que disparó su misil no fue detectado porque volaba a ras del mar, como tampoco el misil lanzado, que había sido disparado desde una distancia de once kilómetros, que era lo menos esperado por los británicos que creían que serían disparados desde unos ochenta kilómetros, a media altitud. Por este motivo se vieron sorprendidos. Hizo blanco a unos dos metros de la línea de flotación, abriendo un boquete de 1 x 2,5 metros cerca del centro de comando.
El Exocet fue disparado desde uno de los dos aviones que habían despegado desde la Base Aérea Río Grande y fue conducido por el capitán Augusto Bedacarratz, comandante de la misión.
Armando Mayora, uno de los pilotos que protagonizaron la hazaña, recordó: "Todo el mundo estaba feliz. Yo no, porque el objetivo era el portaaviones (Invincible). La única manera de poder haber cambiado el curso de la guerra era hundirles un portaaviones. Eso fue lo que sentí: que podríamos haber generado un cambio. Hundir al Sheffield fue un tema que les pegó, pero que no fue crucial. Si hundíamos un portaaviones, la cosa hubiese sido diferente" (La Nación, 19/4/ 2012).
Mayora explicó que la escuadrilla hizo su trabajo a la perfección y que fue una de las escasas oportunidades en que pudieron desplegarse sin contratiempos: "El ataque del Sheffield fue el único que pudimos hacer como dice el libro. Salió perfecto".