os dos vuelos semanales de la empresa chilena DAP que unirán Ushuaia con Punta Arena a partir de hoy dan cuenta de los avances registrados en aspectos clave para el desarrollo turístico: la conectividad aérea y la integración de Sudamérica como una región.
Los fueguinos saben como nadie que la conectividad aérea es insoslayable para que el crecimiento de un destino sea posible. Es la única manera de que el extremo más austral del planeta –Ushuaia, la Argentina- esté cada vez más cerca de todos.
En cuanto a la integración regional, los fueguinos son parte de ese caso ejemplar que es la Patagonia, que logró posicionarse como marca en el mundo, para beneficio conjunto de las provincias que la componen. Sudamérica tiene allí una referencia clara de cuál es el camino a seguir.
No es casual que estas buenas noticias sean cada vez más habituales. Por el contrario, son el resultado de que un nuevo país está en marcha. Finalmente dejamos atrás un empecinado y anacrónico aislacionismo.
Además, es importante recordar que el impacto económico positivo que estas acciones tienen en un destino es parte de una suma total que representa los más de un millón de puestos de trabajo generados por el turismo en el territorio nacional.
En un rubro que abarca desde una cadena hotelera internacional hasta una pequeña posada familiar, desde un gran local gastronómico hasta la emprendedora que ofrece las empanadas con la receta de su abuela a los visitantes, cada arribo de un viajero pone en marcha un engranaje productivo enorme, en actividades directas o indirectamente involucradas.
Confiamos en que estos dos vuelos semanales iniciales se multipliquen. Pero no nos quedamos con los brazos cruzados a la espera de que eso ocurra. Los argentinos ya aprendimos que, también en turismo, hay que asumir el fuerte compromiso de pasar de las potencialidades a las concreciones. Es tiempo de acción.
Gustavo Santos
Ministro de Turismo de la Nación
Para el diario Del Fin Del Mundo
