l hombre acusado de matar a puñaladas y luego descuartizar el cuerpo de su tía, durante un hecho ocurrido el 3 de enero de este año en Ushuaia, se negó ayer a prestar declaración indagatoria en el comienzo del juicio oral y público donde se lo juzga por el presunto delito de “homicidio doblemente agravado”, por “haber sido cometido por ensañamiento y alevosía, y en perjuicio de una mujer mediando la violencia de género”.
Guillermo Díaz Guerra (38) está imputado del crimen de Julia Mónica Guerra (58) a quien habría apuñalado en el cuello con un cuchillo, para después seccionar el cuerpo en tres partes y dejarlo abandonado en el baño de la vivienda donde fue descubierto horas más tarde por otros familiares de la víctima.
Fuentes judiciales coinciden en que la clave del caso es si Díaz Guerra, quien sufre de problemas psiquiátricos anteriores al homicidio, y que está detenido desde horas después del episodio, deber ser condenado penalmente o declarado inimputable, y por lo tanto internado en una institución especializada en ese tipo de patologías.
El Tribunal Oral en lo Criminal de Ushuaia abrió ayer el debate del juicio con la acusación que realizó el fiscal Fernando Ballester Bidau, mientras que después le brindó la oportunidad de prestar declaración indagatoria al acusado, quien se negó a hacerlo haciendo uso de su derecho y como parte de la estrategia de la defensa, ejercida por el jefe de defensores públicos de la provincia, Gustavo Ariznabarreta.
Los jueces Alejandro Pagano Zavalía, Maximiliano García Arpón y Rodolfo Bembihy Videla comenzaron a escuchar luego los primeros testimonios, todos familiares de la víctima y del supuesto victimario, con la particularidad de que Díaz Guerra pidió no permanecer en la sala y solo estuvieron sus representantes legales.
La primera en declarar fue la madre del imputado, y hermana de la víctima, quien lo hizo a puertas cerradas, mientras que luego se presentó el padre del supuesto homicida.
El hombre confirmó que su hijo sufre esquizofrenia y trastorno de bipolaridad “desde hace años”, pero que durante el tiempo que vivió con él en la provincia de Córdoba y en la ciudad bonaerense de Pehuajó, estuvo medicado y no tenía actitudes violentas ni que implicaran peligrosidad para otras personas.
No obstante, admitió que sufría “brotes psicóticos”, y que en una oportunidad había golpeado a una mujer policía durante un incidente ocurrido en los tribunales de Córdoba.
“Pido perdón por lo que hizo mi hijo. La mochila que llevo es no haber estado con él y con mis otros hijos en momentos en que me necesitaban. Yo no creo que él sea un femicida”, aseveró ante el tribunal.
Tanto el padre como el resto de los testigos coincidieron en que Díaz Guerra no tenía una buena relación con su tía, y que en los días previos al crimen pretendía que se fuera de la casa que compartía con su madre y donde finalmente tuvo lugar el hecho.
Además, los testimonios mencionaron que la madre del sospechoso tuvo un problema de salud que motivó varias internaciones, y pidió que no se lo contaran a su hijo, por lo que éste, al no encontrar a su progenitora, elucubró la idea de que la habían secuestrado, tanto su tía como otros familiares.
Una mujer, pareja del padre de Díaz Guerra y quien compartió su crianza durante años, explicó que el joven “odiaba lo medicamentos” y que se los tenían que dar disimulados con alimentos, y que cuando se vino a vivir a Ushuaia, unos meses antes del crimen, se evaluaba la posibilidad de una internación.
Por su parte la ex pareja de la víctima, quien halló el cuerpo descuartizado, ratificó que la relación entre Díaz Guerra y su tía “no era buena”, y que existió un antecedente de violencia porque “él ya había amenazado tanto a su madre como a su tía con un cuchillo”.
El hombre rompió en llanto cuando relató la forma en que ingresó al domicilio del barrio Andino, en la calle Las Águilas 1476, y cerca de las 9.15 del 3 de enero de este año, encontró primero los pies y luego parte del tronco de la mujer seccionado en el baño de la casa.
Según la investigación judicial, cuando la Policía arribó al lugar no pudo hallar al sospechoso, que fue capturado al día siguiente por personal de Gendarmería Nacional mientras deambulaba solo por el interior del Parque Nacional Tierra del Fuego.
El Tribunal anunció un cuarto intermedio hasta hoy en que escuchará la palabra de los psicólogos y psiquiatras que atendieron a Díaz Guerra antes y después del hecho, y a los que realizaron pericias sobre su presunta inimputabilidad.