partir de la decisión adoptada por el Consejo Provincial de Medio Ambiente de declarar “la emergencia socio ambiental en la Provincia debido a la problemática generada por los perros sueltos y asilvestrados”, al Legislatura sancionó una ley que declara “especie exótica invasora” a los perros asilvestrados o cimarrones y establece “los presupuestos mínimos de protección ambiental para evitar el impacto de los perros asilvestrados en la salud pública, la biodiversidad, la producción agropecuaria y las actividades recreativas al aire libre”.
La iniciativa, aprobada sobre tablas en la última sesión ordinaria del año a solicitud del radical Oscar Rubinos, avanza sobre dos planos. El primero de ellos vinculado con la población canina doméstica y con la adopción de programas de control de la misma, promoviendo para ello –en sintonía con la ley 680- la tenencia responsable de perros y la práctica de esterilización como método de regulación del crecimiento poblacional de los animales de compañía y de reducción de la emisión de perros hacía el exterior de los núcleos urbanos. En ese marco ratifica la prohibición de la práctica de la eutanasia, los malos tratos y la crueldad con los animales de compañía.
En tanto, en lo que hace a los perros asilvestrados propone “definir estrategias para evitar el daño” que esas poblaciones de caninos producen en la actualidad “incluyendo el desarrollo, implementación y socialización de herramientas adecuadas” a tal fin. La definición de esas herramientas surgirá del programa de manejo de poblaciones de perros que deberá elaborar la Secretaría de Ambiente, Desarrollo Sostenible y Cambio Climático. Para implementar los planes derivados de ese programa sea crea un fondo que se constituirá con el 50% de la recaudación del impuesto inmobiliario rural; los recursos provenientes de convenios celebrados con organismos internacionales, nacionales, provinciales y municipales públicos y privados, y los originados en legados, contribuciones y donaciones.
