l presidente de la Cámara de Comercio de Río Grande José Luis Iglesias, trazó un sombrío panorama de la actividad para el presente año, con un comienzo de 2017 incluso peor que el cierre de 2016, signado por el cierre de locales y despidos a razón de una cesantía por día.
En ese sentido, Iglesias aseveró que la actividad “no repuntó nada. La situación en la ciudad va de mal en peor porque el consumo no se reactiva, no tenemos expectativa de que eso suceda, sobre todo con la problemática de la pérdida de puestos laborales en varios sectores. Está todo muy delicado”.
“Hay muchos desocupados, también mucha precarización laboral y avizoramos la misma perspectiva con respecto al futuro por lo que pensamos que es necesario hacer tareas de contención para evitar que esto se agudice”, recomendó.
Asimismo, el reconocido comerciante local consideró que “otro factor de esta época es siempre la estacionalidad, hay mucha gente de vacaciones y también, empezamos a notar la venta domiciliaria difundida en las redes sociales que es cada vez más importante”.
“Este punto, perjudica al comercio que está debidamente habilitado. Estamos en desventaja porque el comercio tiene que sumir muchos costos que aquel que vende por su cuenta, en las redes sociales o en su casa, no tiene”, ejemplificó.
Más dudas que certezas
Otro punto que Iglesias analizó con cierta crítica pero a su vez a la expectativa de conocer su impacto real es el plan de precios que ha implementado el Gobierno nacional donde los comerciantes deben exhibir el precio de lista, el precio final por pago contado y el valor del producto si se paga en cuotas y el correspondiente interés.
“Ahora tenemos la novedad de los Precios Transparentes que no está nada transparente en las modalidades en que se pretende instalar porque no saben muy bien los comerciantes cómo vender y tampoco sabe el consumidor cuánto le cuestan las cosas aunque presume que le cuestan más”, reprochó.
Por ello, dijo que “le pedimos al Gobierno nacional y al provincial que se haga una campaña aclaratoria. Muchos comercios quieren comunicar lo que tienen para vender pero no saben cómo hacerlo porque hay muchas dudas sobre el costo financiero total y otros gravámenes que, por otro lado, el consumidor no anda con la calculadora para sumar y restar”.
“Cuanto más chico es el comercio, más problemas le genera. Pongo un ejemplo: un comercio de nuestra ciudad que no vendía bien, hizo descuentos y liquidaciones hasta en tres pagos, pero ahora resulta que en cuotas debe afrontar intereses aun a costa de su rentabilidad y reposición. La mayoría de los comercios pequeños no tienen condiciones favorables de financiamiento, a diferencia de grandes cadenas. No puede competir, porque los mismos bancos muchas veces no ayudan a ese escenario”, remarcó.
Por último, José Luis Iglesias consideró que “no se está cuidando el comercio interno. Es una política comercial interna que no repercute tanto en grandes comercios y que complica al comerciante de escala mediana o chica, aunque al consumidor, por ejemplo en algunas cosas lo beneficia”.
