Náufragos son acosados por nativos y el hambre en Policarpo
El 23 de febrero de 1830

Náufragos son acosados por nativos y el hambre en Policarpo

23/02/2017
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ste día, naufraga una barca lobera en las inmediaciones de la península Mitre. Los propietarios eran los señores Brisbane y Bray. “El barco había sido arrojado a la costa por un temporal del norte mientras sus hombres se dedicaban a la caza de lobos en los alrededores de Caleta Policarpo. Tenía treinta tripulantes armados” (Carlos P. Vairo. Naufragios en el Cabo de Hornos).
En las narraciones de viaje de Robert Fitz Roy se transcriben las vicisitudes vividas por los sobrevivientes, que el día del naufragio se dedicaron a salvar todo lo que pudieron de los restos del navío. Con lo rescatado se propusieron construir una chalupa que les permitiera volver a la mar y alcanzar algún sitio poblado por europeos.
Al día siguiente del siniestro los nativos se hicieron presentes en el lugar, “25 indios, con sus mujeres y niños” y su presencia comenzó a hacerse amenazante. Prácticamente todos los días fueron visitados por nativos “armados de arcos, flechas y hondas”, algunas veces con las mujeres y niños y otras sólo hombres, lo que hacía presumir algún ataque. Uno de los días, “una gran partida de indios, que nos habían estado molestando, riñeron entre sí y tuvieron un encarnizado combate” (citado por Joaquín Azulay en Tierra del Fuego. Península Mitre).
La cantidad de visitantes oscilaba entre veinte y sesenta, y cada jornada se incrementaba el acoso. “Muy molestados todos los días por los indígenas que trataron de hurtarnos las herramientas, y sumamente apremiados por el hambre. Hace tres días que no cenamos”.
Las penurias por procurar alimentos se agudizaba, sólo consumían “cuero de novillo y bayas”, hasta que fallecen “dos hombres por falta de alimentación: se han mantenido seis días con sólo una libra de cuero”.
Recién el 1° de mayo pudieron terminar con la chalupa y salir a navegar. Luego de varios acercamientos a Malvinas, el 30 de mayo pudieron llegar hasta Puerto Luis, la entonces capital de las islas.
“El sr. Brisbane ya había naufragado en Georgias y, con los restos del naufragio y la madera que llevaba a bordo para reparaciones o construcciones de botes balleneros o chalupas, construyó una que le permitió navegar hasta Montevideo con sus compañeros. Las únicas herramientas que tenían a disposición eran la hachuela de tonelero y sierras” (C.P. Vairo).

Autor : Bernardo Veksler
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