l aporte de turistas nacionales y de poblaciones de la misma región le permitirá a la ciudad de Ushuaia alcanzar una ocupación hotelera del orden del 65%, sobre una capacidad de alojamiento de 6000 camas, durante los cuatro días de Semana Santa, según anticiparon a EDFM fuentes ligadas al sector turístico de la capital de Tierra del Fuego.
Los operadores locales viven la conmemoración religiosa como “el último movimiento fuerte” de pasajeros hacia el destino, antes del declive de la actividad que suele darse durante el mes de mayo y primera parte de junio, como antesala de la temporada de invierno.
Es por eso que los establecimientos hoteleros, el sector gastronómico y de servicios de excursiones se preparan para aprovechar el arribo de visitantes desde distintas partes del país, en especial de la provincia de Buenos Aires, de ciudades cercanas dentro de la provincia y de Punta Arenas, en Chile.
“Hace dos semanas comenzó la merma de turismo propia de la época. Es normal que ocurra. Por suerte hay expectativa para Semana Santa porque ya sabemos que los vuelos de hoy y de mañana están completos”, sostuvo el presidente de la Cámara Hotelera y Gastronómica de Ushuaia, Dante Querciali, en dialogo con este medio.
Según dijo, aunque la cantidad de vuelos no es la misma que en plena temporada de verano, la demanda de pasajes es un claro indicador positivo, como lo son también las reservas que ya alcanzan “entre el 60 y el 65% de la capacidad hotelera, en promedio”, precisó.
“La gran mayoría es turismo nacional. Gente de otras provincias que se toma estos días para visitarnos. Del exterior ya casi no hay visitantes en esta época y en los fines de semana largos se suman los turistas de ciudades cercanas, como Río Grande, dentro de la provincia, y Punta Arenas en Chile”, abundó Querciali.
De todos modos, la cantidad de pasajeros será inferior a la Semana Santa del año pasado, y los operadores lo adjudican a que los feriados “no caen en marzo”, cuando todavía hay turismo extranjero y entonces se “cruzan” los visitantes del verano con los de esta fecha en particular.
Sin embargo, a diferencia de 2016, Ushuaia atraviesa por estos días una situación de calma social, con todos sus accesos habilitados y servicios funcionando, algo muy diferente al año anterior cuando una protesta de gremios estatales derivó en un corte de la Ruta Nacional Nº3 durante diez días que afectó la entrada y salida de vehículos de la ciudad, incluido el transporte turístico y los servicios de excursiones terrestres.
Además de las atracciones tradicionales, como los paseos en catamarán por el Canal Beagle, el Trencito del Fin del Mundo que recorre el sendero de los presos del antiguo presidio que funcionó en la ciudad o la visita al Parque Nacional Tierra del Fuego, la capital fueguina apuesta a cautivar a sus visitantes con una variada oferta gastronómica.
“La ventaja de nuestra gastronomía, para esta fecha, es que ofrece una gran variedad de pescados y mariscos que pueden elegir los turistas más apegados al culto católico”, destacó Querciali.
Para el resto de las personas, el cordero patagónico sigue siendo uno de los platos más buscados y la lista de lugares para consumirlo incluye desde restaurantes céntricos hasta paradores en los centros invernales, en medio del bosque de lenga y de senderos que invitan a caminatas de exploración y contemplación del paisaje.
Los platos fueguinos también incorporan cada vez más productos frescos, como la centolla, la merluza negra, los mejillones y varias clases de vegetales, en un intento de las autoridades por fortalecer las especialidades autóctonas y también fomentar pequeños microemprendimientos.
Arreglos para el invierno
Buena parte de los restaurantes y de pequeños hoteles y hosterías aguardan el paso de Semana Santa para licenciar a su personal o realizar refacciones que no pueden llevarse a cabo en otras épocas del año.
“Es una tendencia que se mantiene vigente y una preparación para el otro salto de la actividad que se produce con la llegada del invierno”, mencionó el titular de la cámara que representa al sector.
El período de merma turística dura hasta junio y, desde entonces, el éxito de la temporada depende mucho de la naturaleza, por las precipitaciones de nieve.
“Aun con costos que pueden ser más altos que otros destinos, el invierno genera una gran expectativa que tiene como condimento principal a la cantidad de nieve con que contemos. Nuestros visitantes invernales buscan esa atracción sobre cualquier otra. El año pasado fue difícil en ese sentido porque nevó poco, pero este año esperamos recuperar el clásico paisaje blanco que nos caracteriza”, se esperanzó Querciali.
