a concejal de Río Grande, Verónica González, encabeza el debate de un polémico proyecto que propone implementar en el ámbito laboral del Municipio, un cupo del 0,5 % del total de la planta efectiva de empleados para travestis, transexuales y transgénero.
La propuesta, dada a conocer a mediados de abril, provocó voces a favor y en contra en iguales proporciones, no solo en el ámbito del Concejo Deliberante sino además en las redes sociales y en cuanto espacio de debate haya en la ciudad.
Incluso, como pocas veces, ediles expresaron previamente su rechazo a la iniciativa y, de acuerdo a sus fundamentos, dejaron en evidencia que en determinados temas, priman las posturas ideológicas y hasta personales.
La iniciativa
La normativa fue dada a conocer públicamente los primeros días de mayo, tras una reunión entre González -autora del proyecto-, funcionarios municipales, ediles e integrantes del colectivo trans de la ciudad.
El proyecto contempla la incorporación obligatoria de personas travestis, transexuales y transgénero, que reúnan las condiciones de idoneidad, en la administración pública municipal, en una proporción no inferior al 0,5 % del personal autorizado por la Carta Orgánica municipal.
“La intención es seguir generando políticas públicas y sociales concretas en lo que respecta a la igualdad de oportunidades para un grupo que ha sido históricamente discriminado en el ámbito laboral”, destacó González tras esa primera reunión.
Días después de la presentación del proyecto, se especulaba con que la edil riograndense contaría con el apoyo de sus pares para la aprobación sobre tablas de la iniciativa pero a último momento, decidió mantener la propuesta en comisión y seguir debatiéndola junto a sus pares.
Las primeras voces a favor y en contra ya se hacían escuchar. En las redes sociales, la opinión se dividía entre aquellos que con indignación hablaban de “bolsa de trabajo” y quienes, con una visión más piadosa, requerían información para expresarse.
Por otra parte, varios ediles de la ciudad preferían no expresarse abiertamente. Si bien González sabía que contaba con algunas adhesiones, la ausencia del presidente Alejandro Nogar -en ese momento a cargo de la intendencia- le quitaba supremacía a la votación y por ello se decidió que el proyecto no llegue al reciento y continúe en debate.
A favor
Ema Bejarano, quien tomó la voz cantante dentro del colectivo trans, aseguró que “la repuesta es positiva por debatir el proyecto e incluso es importante a quienes no votan a favor saber por qué dicen que no”.
“En mi caso trabajo en el ámbito privado en una inmobiliaria, pero tengo compañeras que no tienen esa posibilidad, son cosas básicas que no se pueden tener por simplemente estar vestidas de mujer y gente que se te ríe en cualquier lugar, por ahí estaría bueno adaptarnos, acoplarnos a esto y que todos trabajemos con la misma percepción de la necesidad de este sector”, replicó.
“La discriminación siguen vigente, totalmente, el tema de la burla, se ríen, cuando buscas trabajo te reciben un currículum, pero muchas terminan como empleada doméstica o peluquera, sin otra alternativa”, confesó.
Por último, expresó que “no estamos en condiciones de igualdad. Sabemos que la palabra cupo suena feo porque limita, pero es una palabra dinámica también y estaría buenísimo que se aplique y que todos se interioricen en el tema a pesar de pensar distinto”.
Por su parte, la autora del proyecto, Verónica González, dijo que “el cupo para personas trans, dejó de ser individual para ser colectivo, dado que lo que hay que tomar en cuenta es que ha tenido muchísimos aportes de diferentes ámbitos, y esto es lo que enriqueció básicamente al proyecto”.
“Más allá de la discusión planteada durante las reuniones entre las diferentes opiniones plasmadas, se va a continuar analizando el proyecto porque entendemos que palabras como vulnerabilidad, discriminación, vejación, marginación son las que todos los tratados internacionales con rango constitucional que tenemos han dejado en claro que es un colectivo vulnerado, y este caso que nos trae a la discusión es en el ámbito laboral”, aseveró.
En contra
Quienes se opusieron a la propuesta desde un primer momento y lo expresaron públicamente fueron los ediles Paulino Rossi y Raúl Von der Thusen. Con argumentos basados en lo técnico y legal, sostienen una postura abiertamente en contra del cupo trans.
Rossi afirmó que “cuando uno trabaja con este tipo de problemáticas que tiene que ver con la vulneración de derechos, con la integración y la no discriminación yo concuerdo 100 % con el diagnóstico”.
“Me parece algo positivo entender que hay un segmento de la sociedad que si bien no es muy grande es necesario hacerlo visible y por eso tenemos que trabajar para lograr la plena integración el ámbito de toda la vida social”, argumentó.
Sin embargo, esgrimió: “Estoy completamente convencido de que generar un cupo laboral en el Municipio no soluciona el problema de fondo e incluso genera una fuerte inequidad y un conflicto con normativas vigentes sobre cuál debe ser el criterio de ingreso al Estado”.
En la misma línea de pensamiento, Von der Thusen alegó que “el proyecto no respeta principios legales y constitucionales de igualdad e idoneidad para ocupar un cargo en la administración pública, toda vez que es necesario poner en igualdad de condiciones a todas las personas de la ciudad”.
“Hay muchos trabajadores que desde hace mucho tiempo están trabajando en los planes laborales y no pueden acceder al Estado a prestar servicios en forma permanente o cuántas mamás solas hay que tampoco tienen la prioridad de ingreso o cuántos fueguinos hay que no van a poder tener la misma oportunidad”, ejemplificó.
Para finalizar su postura, el edil precisó que “el ingreso a la administración pública, según lo establece la Ley 22140, debe ser por condiciones de idoneidad y no personales, por lo que entiendo que si se aprueba esta iniciativa, otras minorías podrían reclamar una norma similar para ingresar a trabajar al Municipio de Río Grande”.
