Una real cédula ordena averiguar qué hay al sur del estrecho
El 29 de mayo de 1555

Una real cédula ordena averiguar qué hay al sur del estrecho

29/05/2017
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ste día, el rey Carlos I de España firma una real cédula, por la cual ordena a la gobernación de Chile dilucidar las características de las tierras al sur del estrecho: “Nos deseamos saber las tierras y poblaciones que hay de la otra parte del dicho Estrecho, y entender los secretos que hay en aquella tierra, vos mando que de las dichas provincias de Chile envíes algunos navíos a tomar noticia y relación de la calidad de aquella tierra y de la utilidad de ella, y a saber y entender qué población y gente hay en ella, y qué cosas se crían y qué manera de vivir y costumbres tienen los que la habitan, y (…) qué manera tienen de gobierno, y qué leyes y costumbres, y qué minas y metales, y qué otras cosas que sean provechosas hay en dicha tierra, y si comen carne humana, y si hay o hubo entre ellos memoria de nuestra religión o de otra secta, y si tienen leyes por elección o suceden por herencia o derecho de sangre, y qué tributos pagan a sus reyes” (Guillermo Giucci. Tierra del Fuego: la creación del fin del mundo).
En un párrafo de la disposición se enfatiza sobre el interrogante planteado: “si es isla, y qué puertos hay en ella, y de qué manera se navega aquella costa, y si hay monzones o corrientes, y a qué parte o qué curso hacen”. Este aspecto atormentaba a la realeza por la suma de fracasos que tuvieron las distintas expediciones que habían despachado hacia ese territorio tan crucial para la navegación.
Veinte años antes, Simón de Alcazaba había sido nombrado gobernador de esos territorios australes y viajó acompañado de clérigos y colonos para descubrir y poblar el lugar. Pero, al llegar “muchos hombres murieron de inanición, tanto en tierra como en las naves, otros se perdieron, el capitán Alcazaba fue apuñalado por soldados amotinados y tirado al mar, los traidores fueron ahorcados, mientras los supervivientes” pasaron hambre.
Otro desastre, fue protagonizado por Francisco de Camargo, que estuvo al frente de cuatro navíos en 1539, pero, al llegar al estrecho, “un temporal destrozó una de las naves y desperdigó la flota” y debieron desistir del intento.
Ante la sucesión de fracasos ocasionados por las complicadas condiciones de navegación y por las precarias modalidades de sustento de la tripulación, la monarquía castellana dispuso que la Gobernación de Chile sea la encargada de llevar a cabo las misiones exploratorias.

Autor : Bernardo Veksler
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